La nueva vicepresidenta de Ecuador, María José Pinto, ha comenzado su gestión con un enfoque renovado en el trabajo territorial y la implementación de políticas públicas. Su asunción al cargo, el 26 de mayo de 2025, marca un nuevo capítulo en la política ecuatoriana, especialmente después de un periodo de inestabilidad en la Vicepresidencia. Pinto, quien se mostró «optimista y feliz» al reabrir las oficinas de la vicepresidencia, se ha comprometido a abordar temas críticos como la salud mental, la educación intercultural bilingüe, el embarazo adolescente, la primera infancia y la desnutrición crónica infantil.
La llegada de Pinto al cargo se produce tras una pugna legal que mantuvo su predecesora, Verónica Abad, con el presidente Daniel Noboa. Esta disputa había mantenido cerradas las oficinas de la Vicepresidencia durante varios meses, lo que generó incertidumbre sobre el futuro de esta importante institución. Sin embargo, con la firma del Decreto Ejecutivo número 3 por parte de Noboa, se establecieron claramente las funciones que Pinto deberá desempeñar, alineándose con la visión del presidente para su gobierno.
### Un enfoque en el trabajo territorial
María José Pinto ha enfatizado la importancia de un enfoque territorial en su gestión. Esto implica no solo la implementación de políticas, sino también la conexión directa con las comunidades y la identificación de sus necesidades específicas. Durante su primera intervención, Pinto destacó que su objetivo es llevar a cabo un trabajo que realmente impacte en la vida de los ciudadanos, especialmente en áreas que han sido históricamente desatendidas.
El compromiso de Pinto con la salud mental es particularmente relevante en un contexto donde la pandemia ha exacerbado problemas de salud emocional en la población. La vicepresidenta ha manifestado su intención de trabajar en programas que aborden estas cuestiones, buscando crear un entorno más saludable y solidario para todos los ecuatorianos.
Además, la educación intercultural bilingüe es otro de los pilares de su gestión. Pinto ha reconocido que la diversidad cultural de Ecuador es una fortaleza que debe ser aprovechada para mejorar la educación y garantizar que todos los grupos étnicos tengan acceso a una educación de calidad. Esto no solo beneficiará a los estudiantes, sino que también contribuirá a la cohesión social en un país tan diverso.
### El legado familiar y la experiencia previa
María José Pinto no es ajena a la política ni a la gestión pública. Con 39 años, proviene de una familia con una larga trayectoria en el ámbito empresarial y político. Es nieta de Germánico Pinto, un reconocido empresario en el sector textil, y su padre, Mauricio Pinto, fue ministro de Industrias y de Economía en el gobierno de Sixto Durán Ballén. Esta herencia familiar le ha proporcionado una perspectiva única sobre los desafíos económicos y sociales que enfrenta Ecuador.
Antes de asumir la vicepresidencia, Pinto se desempeñó como secretaria técnica contra la Desnutrición Infantil, donde adquirió experiencia en la formulación e implementación de políticas públicas dirigidas a mejorar la calidad de vida de los más vulnerables. Su trayectoria en esta área le otorga una base sólida para abordar los problemas de desnutrición y salud infantil que afectan a una parte significativa de la población ecuatoriana.
La vicepresidenta ha manifestado su deseo de trabajar en estrecha colaboración con el presidente Noboa y su equipo, asegurando que las políticas públicas sean integrales y respondan a las necesidades reales de la población. En su discurso de asunción, Noboa expresó su alivio por contar con una «patriota» a su lado, lo que sugiere una alineación en sus visiones y objetivos para el país.
La gestión de María José Pinto se presenta como una oportunidad para revitalizar la Vicepresidencia y devolverle su relevancia en la política ecuatoriana. Con un enfoque en la articulación de políticas públicas que aborden problemas críticos y un compromiso con el trabajo en territorio, Pinto tiene la oportunidad de dejar una huella significativa en su país. Su capacidad para conectar con las comunidades y su experiencia previa serán claves para el éxito de su gestión, en un momento en que Ecuador necesita liderazgo y dirección clara para enfrentar los desafíos que se avecinan.