La reciente decisión del Gobierno de Ecuador, liderado por Daniel Noboa, de eliminar el subsidio al diésel para el sector atunero ha generado un amplio debate en el país. Esta medida, anunciada el 2 de junio de 2025, busca reducir el gasto público y fomentar la autosuficiencia del sector industrial. Sin embargo, también plantea interrogantes sobre las repercusiones económicas para las empresas atuneras y el mercado en general.
### Contexto del Subsidio al Diésel
Durante el año 2024, el subsidio al diésel para el sector atunero costó al Estado ecuatoriano aproximadamente 42 millones de dólares. Este subsidio ha sido una herramienta utilizada por el Gobierno para apoyar a las empresas del sector, pero según la administración actual, la mayoría de los beneficios han ido a parar a un reducido número de empresas. De hecho, se estima que el 60% del gasto en este subsidio ha beneficiado únicamente a 29 empresas atuneras, lo que ha llevado a cuestionar la equidad y la eficiencia de esta política.
La vocera del Gobierno, Carolina Jaramillo, enfatizó que el sector atunero tiene la capacidad de asumir el costo real del diésel sin necesidad de subsidios. Esta afirmación se basa en un análisis del mercado que sugiere que las empresas más grandes del sector pueden operar de manera rentable sin el apoyo estatal. Sin embargo, esta decisión no afecta a los pescadores artesanales, quienes seguirán recibiendo subsidios para asegurar su sostenibilidad.
### Medidas Compensatorias y Nuevas Oportunidades
Para mitigar el impacto de la eliminación del subsidio, el Gobierno ha anunciado una serie de medidas compensatorias. Una de las más destacadas es la extensión de líneas de crédito por parte del Banco del Pacífico, que ofrecerá hasta 42 millones de dólares en financiamiento a las empresas atuneras. Este crédito estará respaldado por la Corporación Financiera Nacional (CFN) y se espera que cubra hasta el 75% del riesgo que asuma el banco.
La tasa de interés de esta línea de crédito será del 6% anual, lo que representa una opción atractiva para las empresas que buscan renovar sus flotas y adaptarse a la nueva realidad económica. Esta medida se ha diseñado en colaboración con organismos multilaterales, lo que sugiere un enfoque más amplio y estratégico para el desarrollo del sector pesquero en Ecuador.
Además, el Gobierno ha indicado que esta eliminación del subsidio es parte de un esfuerzo más amplio para reducir los subsidios a los combustibles en general, en línea con las recomendaciones del Fondo Monetario Internacional (FMI). Estas recomendaciones buscan fomentar una mayor eficiencia en el uso de recursos y reducir la carga financiera sobre el Estado.
### Reacciones del Sector Atunero
La reacción del sector atunero ante esta medida ha sido mixta. Por un lado, algunos empresarios ven la eliminación del subsidio como una oportunidad para modernizar sus operaciones y hacerlas más competitivas en el mercado internacional. Por otro lado, hay preocupaciones sobre el impacto inmediato en los costos operativos y la posibilidad de que algunas empresas más pequeñas no puedan soportar el aumento en los precios del diésel.
Los datos de Petroecuador indican que las flotas de pesca de atún y otras pesquerías son las únicas que actualmente utilizan diésel con subsidio. Por cada galón de diésel 2, el Estado subsidia 0,40 dólares, y por cada galón de diésel premium, el subsidio es de 0,72 dólares. La eliminación de estos subsidios podría llevar a un aumento significativo en los costos operativos, lo que podría repercutir en el precio final del atún en el mercado.
### Perspectivas Futuras
La eliminación del subsidio al diésel para el sector atunero es un paso significativo en la política económica del Gobierno de Ecuador. A medida que el país busca equilibrar su presupuesto y fomentar un crecimiento sostenible, es probable que se implementen más cambios en las políticas de subsidios y financiamiento.
El futuro del sector atunero dependerá de su capacidad para adaptarse a estas nuevas condiciones. La modernización de flotas, la mejora en la eficiencia operativa y la búsqueda de nuevos mercados serán cruciales para asegurar la viabilidad de las empresas en un entorno económico cambiante. La colaboración entre el Gobierno y el sector privado será fundamental para navegar estos desafíos y aprovechar las oportunidades que surjan en el camino.
