La reciente toma de posesión del presidente Daniel Noboa en Ecuador ha estado marcada por la notable ausencia de la bancada correísta de la Revolución Ciudadana (RC). Este evento, que tuvo lugar el 24 de mayo de 2025, no solo fue un momento significativo para el nuevo gobierno, sino que también evidenció las tensiones políticas que persisten en el país. La RC, liderada por su candidata Luisa González, ha manifestado su rechazo a los resultados de las elecciones que llevaron a Noboa a la presidencia, calificando el proceso electoral de «fraudulento» y lleno de irregularidades.
La decisión de no asistir a la investidura fue comunicada a través de un comunicado oficial, donde la bancada correísta argumentó que su ausencia es un acto de valentía y no de inmadurez política. En sus declaraciones, la RC enfatizó que no validan un proceso que consideran «nacido del fraude». Este tipo de posturas no son nuevas en la política ecuatoriana, ya que en la toma de posesión de Guillermo Lasso en 2021, el correísmo también optó por no participar, lo que sugiere un patrón de desconfianza hacia los procesos electorales recientes.
La Revolución Ciudadana ha señalado que, durante el anterior mandato de Noboa, se ejecutó solo el 14,95% de más de USD 1.835 millones destinados a inversión pública. Este dato se presenta como una de las razones principales para su rechazo a la legitimidad del nuevo gobierno. La bancada correísta, que actualmente se encuentra en una posición minoritaria en la Asamblea Nacional, ha denunciado que el movimiento oficialista ADN no les ha permitido expresarse adecuadamente en el Pleno, lo que ha intensificado las tensiones entre ambos grupos políticos.
La toma de posesión de Noboa se llevó a cabo en un ambiente de gran expectación, con la participación de 80 delegaciones internacionales. Sin embargo, la ausencia de la RC ha dejado un vacío en la representación política del país, lo que podría tener repercusiones en la gobernabilidad y en la percepción pública del nuevo gobierno. La falta de diálogo entre las fuerzas políticas podría dificultar la implementación de políticas públicas efectivas y generar un clima de polarización que afecte la estabilidad del país.
**La Reacción del Nuevo Gobierno**
En su discurso inaugural, el presidente Daniel Noboa se dirigió a la nación con un mensaje de esperanza y unidad, afirmando que su administración trabajará para rescatar a Ecuador del «abismo económico». Noboa hizo un llamado a la colaboración entre los diferentes sectores políticos y sociales del país, enfatizando la necesidad de dejar atrás las divisiones y trabajar juntos por el bienestar de la población. Sin embargo, la ausencia de la RC en este evento crucial plantea interrogantes sobre la viabilidad de este llamado a la unidad.
El nuevo presidente también se comprometió a abordar los problemas económicos que enfrenta Ecuador, incluyendo la deuda pública y la inversión en infraestructura. Noboa ha expresado su intención de establecer un gobierno inclusivo, pero la falta de apoyo de la bancada correísta podría complicar sus esfuerzos para implementar reformas significativas. La situación actual sugiere que el camino hacia la gobernabilidad será desafiante, especialmente si las tensiones políticas continúan escalando.
**El Contexto Político Actual**
Ecuador ha experimentado una serie de crisis políticas y económicas en los últimos años, lo que ha llevado a un clima de desconfianza entre los ciudadanos y sus líderes. La polarización política ha sido un tema recurrente, y la reciente elección de Noboa no ha sido la excepción. La Revolución Ciudadana, que ha sido un actor clave en la política ecuatoriana, ha mantenido una postura crítica hacia el gobierno de Noboa, lo que podría dificultar la cooperación necesaria para abordar los problemas que enfrenta el país.
La situación se complica aún más por la percepción de que las instituciones democráticas están bajo presión. La falta de transparencia en el proceso electoral y las acusaciones de fraude han erosionado la confianza en el sistema político. Esto crea un entorno en el que las decisiones del gobierno pueden ser cuestionadas y desafiadas, lo que podría llevar a una mayor inestabilidad.
A medida que el nuevo gobierno de Noboa se establece, será crucial observar cómo se desarrollan las relaciones entre los diferentes actores políticos. La capacidad de Noboa para construir puentes con la oposición y fomentar un diálogo constructivo será determinante para el futuro político y económico de Ecuador. La ausencia de la Revolución Ciudadana en la toma de posesión es solo un reflejo de las profundas divisiones que aún persisten en el país, y su resolución será esencial para avanzar hacia un futuro más estable y próspero.