La violencia en el fútbol ecuatoriano ha cobrado protagonismo en los últimos años, y uno de los clubes que ha estado en el centro de esta problemática es El Nacional. Durante el partido contra Liga de Quito, celebrado el 24 de agosto de 2025, se registraron nuevos incidentes entre los miembros de la barra del equipo, lo que llevó a la intervención de la Policía Nacional para controlar la situación. Este tipo de episodios no son aislados, sino que forman parte de un patrón preocupante que afecta no solo al club, sino también a la seguridad de los aficionados y al desarrollo del deporte en el país.
La situación se tornó tensa cuando, en medio del encuentro, se evidenció una división entre los hinchas de El Nacional. Videos que circulan en redes sociales muestran a dos grupos enfrentándose, lanzando objetos y agrediendo a las fuerzas del orden. Este tipo de comportamiento no solo pone en riesgo a los involucrados, sino que también mancha la imagen del club y del fútbol ecuatoriano en general. La intervención policial fue necesaria para evitar que los disturbios escalaran, pero la pregunta que surge es: ¿qué medidas se están tomando para prevenir estos incidentes en el futuro?
### Un Problema Recurrente
Los episodios de violencia en las barras de El Nacional no son nuevos. En partidos anteriores, como el que se disputó contra Independiente del Valle, se reportaron detenciones de aficionados que intentaban ingresar al estadio con armas blancas. Este tipo de situaciones han generado un clima de inseguridad que afecta tanto a los hinchas como a los jugadores y al personal del club. La falta de acción efectiva por parte de las autoridades y del propio club ha llevado a que muchos aficionados se sientan inseguros al asistir a los partidos.
La división en la barra de El Nacional ha sido un tema recurrente en los últimos años. Los aficionados están divididos en facciones que, en lugar de unirse para apoyar al equipo, terminan enfrentándose entre sí. Esta fragmentación no solo afecta la atmósfera en el estadio, sino que también repercute en el rendimiento del equipo en el campo de juego. La falta de unidad y el ambiente hostil pueden influir negativamente en la moral de los jugadores, quienes se ven obligados a competir en un entorno cargado de tensión.
### La Responsabilidad de las Autoridades
La Federación Ecuatoriana de Fútbol (FEF) y la LigaPro tienen un papel crucial en la regulación y control de la violencia en el fútbol. Sin embargo, hasta ahora, las medidas implementadas han sido insuficientes. La falta de sanciones efectivas para los clubes y las barras que incurren en actos de violencia ha creado un ambiente de impunidad. Muchos aficionados sienten que las autoridades no están haciendo lo suficiente para garantizar su seguridad, lo que podría llevar a una disminución en la asistencia a los partidos y, por ende, a una pérdida de ingresos para los clubes.
Es fundamental que se establezcan protocolos claros para el manejo de situaciones de violencia en los estadios. Esto incluye desde la implementación de medidas de seguridad más estrictas hasta la promoción de campañas de concienciación sobre el comportamiento adecuado en el fútbol. La educación de los aficionados es clave para erradicar la violencia y fomentar un ambiente de respeto y camaradería en los estadios.
Además, es necesario que los clubes asuman su responsabilidad en la gestión de sus barras. La creación de programas que fomenten la inclusión y la unidad entre los aficionados podría ser un paso positivo hacia la resolución de este problema. Los clubes deben trabajar en conjunto con las autoridades para desarrollar estrategias que promuevan un ambiente seguro y agradable para todos los asistentes.
La situación actual de El Nacional y sus hinchas es un reflejo de un problema más amplio que afecta al fútbol ecuatoriano. La violencia en las gradas no solo perjudica la imagen del deporte, sino que también pone en riesgo la vida de las personas involucradas. Es imperativo que se tomen medidas efectivas para abordar esta problemática y garantizar que el fútbol sea un espacio de disfrute y no de confrontación. La afición merece disfrutar de su pasión en un entorno seguro y respetuoso, y es responsabilidad de todos trabajar para lograrlo.
