Las relaciones entre Venezuela y Estados Unidos han estado marcadas por la tensión y la desconfianza desde 2019, cuando se rompieron oficialmente tras la no aceptación de la reelección de Nicolás Maduro por parte de Washington. En un nuevo capítulo de esta compleja historia, el gobierno venezolano ha emitido una advertencia sobre un posible ataque de «extremistas» en la embajada estadounidense en Caracas, lo que ha elevado aún más las alarmas en un contexto de creciente militarización y confrontación diplomática.
### La Advertencia de Venezuela
El 6 de octubre de 2025, Jorge Rodríguez, jefe de la delegación venezolana para el diálogo con Estados Unidos, declaró que el gobierno había alertado a Washington sobre un plan de extremistas locales para colocar explosivos en la embajada. Según Rodríguez, esta amenaza ha sido comunicada a través de tres vías distintas, lo que subraya la gravedad de la situación. «Hemos reforzado las medidas de seguridad en dicha sede diplomática que nuestro gobierno respeta y protege», afirmó, enfatizando la intención de proteger a la misión diplomática estadounidense en el país.
Esta advertencia se produce en un contexto donde el gobierno de Maduro ha denunciado repetidamente planes conspirativos que, según ellos, buscan desestabilizar su régimen. La retórica de Maduro y su administración ha estado marcada por la acusación de que la oposición, en particular sectores de la derecha, están detrás de intentos de violencia y desestabilización. En este sentido, la advertencia sobre los extremistas se alinea con la narrativa del gobierno que busca justificar sus medidas de seguridad y control.
### Despliegue Militar y Rumores de Refugio
La situación se complica aún más con el reciente despliegue militar de Estados Unidos en el Caribe, donde se han enviado buques y un submarino nuclear bajo el pretexto de combatir el narcotráfico. Este movimiento ha sido interpretado por Caracas como una amenaza directa, lo que ha llevado a Maduro a ordenar el despliegue de miles de soldados en las fronteras y a convocar a civiles a alistarse para defender el país. La retórica de Maduro ha incluido la afirmación de que Venezuela cuenta con ocho millones de milicianos listos para defender su soberanía.
Además, circulan rumores en redes sociales sobre la líder opositora María Corina Machado, quien supuestamente se encuentra refugiada en la embajada de Estados Unidos. Sin embargo, ni las autoridades venezolanas ni estadounidenses han confirmado estos rumores, lo que añade un aire de incertidumbre a la situación. La oposición, liderada por Machado, ha reivindicado su victoria en las elecciones presidenciales de 2024, las cuales no fueron reconocidas por Washington, lo que ha contribuido a la polarización política en el país.
En este clima de tensión, el gobierno venezolano ha convocado a una marcha para el lunes, en la que se espera que los ciudadanos expresen su rechazo a las «amenazas» de Estados Unidos. El ministro de Defensa, Vladimir Padrino López, ha declarado que en los últimos 45 días, Venezuela ha implementado planes de defensa en respuesta a lo que consideran una agresión militar progresiva por parte de Estados Unidos.
### Contexto Histórico y Futuro de las Relaciones
Desde que se rompieron las relaciones diplomáticas en 2019, la situación en Venezuela ha sido objeto de atención internacional. La administración de Donald Trump, que ocupó la presidencia de EE.UU. durante un periodo crítico, tomó medidas que incluyeron sanciones económicas y un enfoque militar en la región. La llegada de nuevos líderes en EE.UU. podría cambiar la dinámica, pero por ahora, la retórica y las acciones de ambos lados continúan escalando.
La advertencia de Venezuela sobre un posible ataque en su embajada no solo refleja la tensión actual, sino que también pone de manifiesto la fragilidad de la situación en el país. Con un gobierno que se siente amenazado y una oposición que busca recuperar el poder, el futuro de las relaciones entre Venezuela y Estados Unidos sigue siendo incierto. La comunidad internacional observa con atención, esperando que se eviten mayores escaladas de violencia y que se busquen soluciones diplomáticas a un conflicto que ha durado demasiado tiempo.