Un sismo de magnitud 6.5 se registró el 8 de junio de 2025 en Colombia, generando una serie de reacciones en Ecuador, donde el fenómeno se sintió en diversas ciudades. El epicentro del temblor se localizó entre los departamentos de Cundinamarca y Meta, a las 08:08 de la mañana, según el Servicio Geológico Colombiano (SGC). Este evento sísmico no solo despertó a los colombianos, quienes salieron a las calles en medio de la alarma, sino que también hizo que muchos ecuatorianos sintieran el movimiento de la tierra, aunque con diferentes intensidades.
La capital ecuatoriana, Quito, reportó un temblor leve, mientras que en la ciudad de Lago Agrio, en la provincia de Sucumbíos, el sismo fue percibido con mayor fuerza. Los ciudadanos de Lago Agrio compartieron sus experiencias en redes sociales, describiendo el temblor como «fuerte». Otros lugares en la Amazonía, como Napo y Orellana, también reportaron movimientos significativos, aunque no tan intensos como en Lago Agrio. En la costa, ciudades como Manta también sintieron el impacto del sismo, con usuarios comentando que el movimiento fue notablemente fuerte.
El Instituto Geofísico de la Escuela Politécnica Nacional (IG) recibió numerosos reportes de ciudadanos que experimentaron el temblor. Algunos usuarios en Quito mencionaron que el movimiento fue «suave pero duradero», lo que indica que, aunque no fue devastador, sí causó inquietud entre la población. La situación se tornó más alarmante en Colombia, donde el sismo provocó que muchas personas salieran a las calles en pijama y descalzos, asustados por la intensidad del movimiento.
A pesar de la magnitud del sismo, hasta el momento no se han reportado víctimas ni daños significativos en Colombia. La Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD) de Colombia está llevando a cabo un barrido en los municipios y departamentos afectados para evaluar las consecuencias del temblor. La información sobre el evento sísmico fue compartida ampliamente en redes sociales, donde el Instituto Geofísico de Ecuador también instó a la población a reportar si sintieron el sismo, utilizando un enlace para facilitar la comunicación.
La actividad sísmica en la región andina es común, dado que se encuentra en el Cinturón de Fuego del Pacífico, una zona donde las placas tectónicas se encuentran y generan frecuentes movimientos de tierra. Este último sismo es un recordatorio de la importancia de estar preparados ante cualquier eventualidad. Las autoridades recomiendan a la población que mantenga un kit de emergencia y un plan familiar en caso de desastres naturales.
La percepción del sismo varió significativamente entre las diferentes regiones de Ecuador. Mientras que en Quito la sensación fue leve, en otras áreas como Lago Agrio y Manta, los ciudadanos reportaron un movimiento más intenso. Este fenómeno pone de manifiesto la diversidad geográfica y geológica del país, donde las características del terreno pueden influir en la forma en que se perciben los sismos.
Las redes sociales jugaron un papel crucial en la difusión de información sobre el sismo. Los ciudadanos compartieron sus experiencias y preocupaciones, lo que permitió a las autoridades tener un panorama más claro de cómo se sintió el temblor en diferentes localidades. La interacción en plataformas como Twitter y WhatsApp facilitó la comunicación entre los ciudadanos y las instituciones encargadas de la gestión de riesgos.
En este contexto, es fundamental que la población mantenga la calma y siga las recomendaciones de las autoridades. La preparación ante desastres naturales es clave para minimizar riesgos y garantizar la seguridad de todos. Las autoridades locales y nacionales están trabajando para asegurar que la población esté informada y preparada para enfrentar situaciones de emergencia como esta.
El sismo del 8 de junio es un recordatorio de la naturaleza impredecible de los fenómenos naturales y la necesidad de estar siempre listos para actuar. La comunidad científica continúa monitoreando la actividad sísmica en la región, y se espera que se realicen estudios adicionales para comprender mejor el impacto de este tipo de eventos en la población y la infraestructura de los países afectados.