El Cementerio de los Extranjeros, un emblemático camposanto de Guayaquil, ha estado en el centro de atención tras su reciente traspaso a la Junta de Beneficencia. Este histórico lugar, que ha sido testigo de la historia de la ciudad durante más de 150 años, ha enfrentado un largo periodo de abandono y deterioro. La nueva administración se propone llevar a cabo una intervención integral que no solo rescate su valor histórico, sino que también lo convierta en un espacio accesible y seguro para la comunidad.
### Un Patrimonio Olvidado
Ubicado en el corazón de Guayaquil, en las calles Julián Coronel y Ximena, el Cementerio de los Extranjeros ha estado cerrado al público y solo permitía visitas programadas. Su estado de abandono ha permitido que personas sin hogar busquen refugio entre sus tumbas, lo que ha generado preocupación entre los vecinos. Geovanni Cantos, un residente del área, ha sido testigo del deterioro del lugar, describiendo cómo el cementerio se ha convertido en un refugio para quienes buscan un lugar donde pasar la noche. «Esto estaba totalmente abandonado, venían chamberos, ponían chozas, traían baldes, se bañaban aquí», comenta Cantos, quien se preocupa por el bienestar de los gatos que merodean por el lugar.
El Cementerio de los Extranjeros fue inaugurado en 1865 y ha sido el lugar de descanso de muchas personalidades, incluyendo a Santiago Viola, un abogado argentino que fue ejecutado por su pensamiento liberal. La historia del cementerio está marcada por su conexión con las comunidades extranjeras y diplomáticas que llegaron a Ecuador en el siglo XIX. Sin embargo, su administración ha cambiado de manos a lo largo de los años, pasando de la Junta de Beneficencia a cónsules extranjeros y luego al Municipio de Guayaquil, que lo gestionó durante trece años hasta su reciente traspaso.
La Junta de Beneficencia ha anunciado un ambicioso plan de restauración que busca devolver al Cementerio de los Extranjeros su esplendor original. Este proceso se llevará a cabo en varias fases, comenzando con la limpieza total del área, que incluye el desbroce y la eliminación de escombros. La restauración de terrazas, muros y caminos se realizará utilizando materiales y técnicas que sean compatibles con los originales, asegurando así la preservación del patrimonio arquitectónico.
Además, se planea la restauración de las tumbas, muchas de las cuales están hechas de mármol y granito, con la colaboración del Instituto Nacional de Patrimonio Cultural. La instalación de un sistema eléctrico y de iluminación ornamental también formará parte del proyecto, así como la creación de puntos de agua para riego y limpieza, lo que permitirá mantener el lugar en condiciones óptimas.
Otro aspecto importante del plan es la recuperación de las rejas históricas y puertas del cementerio, que serán restauradas y pintadas para garantizar su durabilidad. La Junta de Beneficencia también ha mencionado la implementación de mobiliario urbano, como bancos y señalización, para hacer del cementerio un espacio seguro y acogedor para los visitantes.
Mientras se lleva a cabo la restauración, la Junta ha asegurado que se permitirá el acceso a quienes deseen conocer este importante sitio histórico. Las visitas se coordinarán con la administración del Cementerio General para garantizar la seguridad y el orden en el lugar, que es considerado un patrimonio en proceso de restauración.
La Junta de Beneficencia no ha especificado el costo total de la restauración, pero ha enfatizado que se requerirá una inversión continua debido a la complejidad de los trabajos técnicos necesarios. La estabilización de terrazas y muros antiguos, la restauración de elementos escultóricos y funerarios, así como las mejoras en infraestructura y seguridad, son solo algunas de las tareas que se deberán realizar para asegurar la preservación de este patrimonio.
El Cementerio de los Extranjeros no solo es un lugar de descanso para muchos, sino que también es un testimonio de la historia cultural y social de Guayaquil. La restauración de este espacio no solo busca recuperar su belleza, sino también fomentar un sentido de comunidad y conexión con la historia entre los habitantes de la ciudad. Con la apertura progresiva del cementerio, se espera que se vincule a actividades culturales y visitas guiadas, convirtiéndose en un lugar de aprendizaje y reflexión para las futuras generaciones.
