En un giro significativo en la política ecuatoriana, la Asamblea Nacional ha aprobado reformas al Código de la Democracia que alteran el método de adjudicación de escaños. Este cambio, impulsado por las fuerzas políticas de Acción Democrática Nacional (ADN) y la Revolución Ciudadana (RC), ha suscitado un intenso debate sobre su impacto en la representatividad y pluralidad del parlamento. La decisión de regresar al método de D’Hondt, que favorece a los partidos más grandes, plantea interrogantes sobre el futuro del sistema electoral en el país.
### El Contexto de las Reformas Electorales
Las elecciones legislativas de 2025 resultaron en una Asamblea Nacional con una composición inusual, donde dos fuerzas políticas dominantes, ADN y RC, lograron 67 y 66 escaños respectivamente, mientras que otros partidos como Pachakutik y el Partido Social Cristiano (PSC) obtuvieron solo 9 y 5 escaños. Este panorama, que contrasta con la habitual dispersión política en Ecuador, llevó a las dos fuerzas hegemónicas a buscar un cambio en la metodología de asignación de escaños que les garantizara una mayor estabilidad y control en el parlamento.
El 20 de junio de 2025, la Asamblea aprobó la reforma con 125 votos a favor, mientras que solo cinco legisladores se opusieron. Este cambio implica un retorno al método de D’Hondt, que se utilizó en las elecciones de 2013 y 2017, en lugar del método de Webster, que había estado en vigor desde 2021. La principal diferencia entre ambos métodos radica en cómo se distribuyen los votos entre las listas de candidatos, lo que puede tener un efecto drástico en la representación de los partidos más pequeños.
### Implicaciones del Método D’Hondt
El método de D’Hondt es conocido por ser menos proporcional que otras fórmulas electorales, lo que significa que tiende a beneficiar a los partidos que obtienen más votos. Esto se traduce en una mayor concentración de poder en las manos de las fuerzas políticas más grandes, lo que podría llevar a una disminución de la diversidad en el parlamento. En el caso de Ecuador, esto podría resultar en un debilitamiento de las voces de los partidos minoritarios, que han logrado representación gracias al método de Webster.
Un análisis de los resultados electorales bajo ambos métodos muestra que, en provincias donde los resultados son ajustados, el cambio podría favorecer significativamente a ADN y RC. Por ejemplo, en la circunscripción sur de Manabí, con el método Webster, ADN obtuvo dos escaños y RC tres. Sin embargo, al aplicar D’Hondt, ADN caería a uno y RC aumentaría a cuatro. Este tipo de cambios en la representación podría tener consecuencias profundas en la dinámica política del país, limitando la capacidad de los partidos más pequeños para influir en la legislación y en el debate público.
La historia reciente de Ecuador ha estado marcada por la fluctuación entre diferentes métodos de adjudicación de escaños, dependiendo de las necesidades y estrategias de las fuerzas políticas en el poder. Desde la implementación del Código de la Democracia en 2009, se han utilizado varios métodos, incluyendo el de Hare y el de Webster, cada uno con sus propias ventajas y desventajas. Sin embargo, el regreso a D’Hondt refleja una tendencia hacia la consolidación del poder en manos de unos pocos, lo que ha sido criticado por muchos analistas y ciudadanos que abogan por una mayor pluralidad en la representación política.
### Reacciones y Futuro del Sistema Electoral
Las reformas al Código de la Democracia han generado reacciones mixtas entre los diferentes sectores de la sociedad ecuatoriana. Mientras que algunos ven el cambio como una forma de estabilizar el sistema político y garantizar que los partidos más fuertes tengan una representación adecuada, otros advierten sobre los peligros de un sistema que favorece la concentración de poder y la exclusión de voces minoritarias.
Los críticos argumentan que este tipo de reformas no solo socavan la democracia, sino que también limitan la capacidad de los ciudadanos para elegir a sus representantes de manera justa. La diversidad de opiniones y la representación equitativa son fundamentales para un debate legislativo saludable y para la construcción de políticas que reflejen las necesidades de toda la población.
A medida que el país se prepara para las elecciones de 2029, la implementación de estas reformas y su impacto en la política ecuatoriana serán temas de gran relevancia. La capacidad de ADN y RC para mantener su popularidad y su base de votantes será crucial para determinar cómo se desarrollará el panorama político en los próximos años. La lucha por un sistema electoral más justo y representativo continúa, y la presión sobre el gobierno y la Asamblea para que reconsideren estas reformas podría aumentar a medida que se acerquen las elecciones.
En resumen, el regreso al método de D’Hondt representa un cambio significativo en la política ecuatoriana, con implicaciones que podrían afectar la representación y la pluralidad en la Asamblea Nacional. La discusión sobre la equidad en el sistema electoral es más relevante que nunca, y el futuro de la democracia en Ecuador podría depender de cómo se manejen estas reformas en los próximos años.