La situación laboral en el Hospital Docente de Calderón, ubicado en Quito, ha alcanzado un punto crítico. Este lunes 30 de junio de 2025, el personal de seguridad del hospital se declaró en resistencia debido a la falta de pago de sus salarios, que no han recibido en los últimos seis meses. Este conflicto laboral ha generado tensiones en los accesos al hospital, donde los usuarios han reportado dificultades para salir del establecimiento.
La protesta se inició en la mañana, cuando un grupo de guardias de seguridad se congregó en las puertas del hospital para exigir respuestas sobre sus salarios. Los trabajadores, que desempeñan un papel crucial en la seguridad del recinto, manifestaron su frustración a través de videos que se difundieron en redes sociales, donde se les podía ver reclamando de manera enérgica por la situación.
La intervención de la Policía Nacional fue necesaria para garantizar la seguridad y el libre tránsito de los ciudadanos que se encontraban en el hospital. Algunos usuarios denunciaron que no podían abandonar las instalaciones, lo que generó un ambiente de tensión. Un funcionario del hospital, que prefirió permanecer en el anonimato, intentó calmar la situación, indicando que los reclamos debían dirigirse a la empresa privada encargada de la seguridad. Sin embargo, los guardias argumentaron que la empresa también estaba enfrentando problemas de pagos por parte del Estado, lo que complicaba aún más la situación.
El funcionario del hospital explicó que la responsabilidad del pago recae en el Ministerio de Finanzas, que debe desembolsar aproximadamente USD 104,000 en salarios atrasados. A pesar de que algunos guardias aceptaron la propuesta de esperar hasta el jueves 3 de julio para recibir una solución, otros se mostraron escépticos, temiendo posibles despidos. Uno de los trabajadores expresó su preocupación: «Ustedes van a multar a la empresa, la empresa nos va a decir que les multaron por no entregar el trabajo y nos botan».
La falta de pago no solo afecta a los guardias, sino que también repercute en la atención a los pacientes. Durante la protesta, se reportaron largas filas en el acceso al hospital debido a que no se estaban entregando los tickets de turno, lo que generó aún más descontento entre los usuarios. La manifestación se concentró principalmente en la puerta de salida, donde se escucharon quejas de ciudadanos que no podían abandonar el establecimiento.
La situación en el Hospital de Calderón es un reflejo de los problemas más amplios que enfrenta el sistema de salud pública en Ecuador. Desde casos de corrupción hasta la falta de insumos, el Ministerio de Salud Pública ha estado bajo presión constante para abordar estas cuestiones. La protesta de los guardias de seguridad es solo un ejemplo de cómo la falta de recursos y la mala gestión pueden afectar a los trabajadores y, por ende, a la atención médica que reciben los ciudadanos.
La falta de respuesta del Ministerio de Salud Pública ante las consultas realizadas por los medios de comunicación también ha generado descontento. Aunque la entidad indicó que la consulta fue remitida al área técnica, hasta el momento no se ha obtenido una respuesta oficial. Esta falta de comunicación solo alimenta la frustración de los trabajadores y de los usuarios del hospital, quienes exigen soluciones inmediatas.
La situación en el Hospital de Calderón es un llamado de atención sobre la necesidad de mejorar la gestión de los recursos en el sector salud. La falta de pago a los trabajadores no solo afecta su bienestar, sino que también pone en riesgo la seguridad y la atención de los pacientes. Es fundamental que las autoridades tomen medidas urgentes para resolver esta crisis y garantizar que los trabajadores reciban sus salarios a tiempo, así como asegurar que los servicios de salud se mantengan operativos y eficientes.
En medio de esta crisis, la comunidad espera que el Ministerio de Finanzas actúe con rapidez para liberar los fondos necesarios y que el Ministerio de Salud Pública se comprometa a mejorar la situación en los hospitales públicos. La salud de la población y el bienestar de los trabajadores dependen de decisiones efectivas y responsables por parte de las autoridades competentes. La protesta en el Hospital de Calderón es un recordatorio de que la salud pública no puede ser descuidada y que los trabajadores merecen ser tratados con dignidad y respeto.