Desde la hermosa ciudad de Cuenca, Ecuador, Pía Salazar ha emergido como una de las figuras más destacadas en el mundo de la pastelería. Su trayectoria es un testimonio de dedicación, creatividad y un profundo amor por la gastronomía de su país. Con una serie de reconocimientos internacionales, incluyendo el título de Mejor Chef Pastelera del Mundo en los prestigiosos The World’s 50 Best, Salazar ha puesto a Ecuador en el mapa culinario global.
**Un Viaje de Sabores y Recuerdos**
La historia de Pía comienza en su infancia, donde la cocina era el corazón del hogar. Desde pequeña, acompañaba a su madre y abuela en la preparación de dulces tradicionales, como el dulce de higos y el manjar de coco. Estas experiencias no solo alimentaron su pasión por la cocina, sino que también le enseñaron a valorar los ingredientes locales y las tradiciones culinarias de su país. «Mis recuerdos vinculados a la cocina dulce son definitivamente de mis ancestras», comenta Salazar, reflejando la importancia de la herencia familiar en su trabajo.
A los ocho años, Pía comenzó a tomar clases de cocina, donde aprendió a hacer profiteroles y otros dulces. Esta temprana exposición a la pastelería la llevó a desarrollar un enfoque único hacia la creación de postres, donde cada plato cuenta una historia. «Replanteé mi enfoque porque sentí que no estaba evolucionando. Comencé a experimentar con vegetales y tubérculos, buscando nuevas formas de expresar mi creatividad», explica.
**Reconocimientos y Éxitos Internacionales**
El camino de Pía hacia el reconocimiento global no fue fácil. En 2022, recibió su primer gran premio como Mejor Chef Pastelera de Latinoamérica, lo que la catapultó a la fama internacional. Al año siguiente, se alzó con el título de Mejor Chef Pastelera del Mundo, un logro que no solo celebró su talento, sino que también destacó la riqueza culinaria de Ecuador. «Este premio pone un foco sobre una cocina que habla de biodiversidad y oficio», afirma Salazar, enfatizando la importancia de resaltar los productos locales.
Su restaurante, Nuema, que lleva las iniciales de sus hijos, ha sido un pilar en su carrera. Desde su apertura en 2014, ha sido reconocido en la lista de los 50 mejores restaurantes del mundo, ocupando el puesto 61 en la última edición. Este reconocimiento ha abierto puertas no solo para ella, sino también para otros productores locales, visibilizando ingredientes que a menudo son olvidados. «Nuestro país está en el mapa gastronómico, y eso es solo el comienzo», dice con optimismo.
**Un Legado Familiar y Profesional**
Pía no solo es una chef talentosa, sino también una madre y esposa comprometida. Junto a su esposo, Alejandro Chamorro, también chef, han construido un hogar y un negocio que reflejan sus valores familiares. «Siempre equilibramos y respetamos nuestro tiempo y espacio. La familia es lo principal», asegura. Este enfoque en la familia se refleja en su cocina, donde las recetas familiares son parte integral de su menú.
La chef también ha enfrentado desafíos personales, incluyendo un accidente automovilístico a los 16 años que afectó su visión. Sin embargo, esta experiencia la ha hecho más fuerte y ha influido en su enfoque hacia la vida y la cocina. «Aprendí a tener paciencia y a perdonarme a mí misma. Las dificultades son aprendizajes que deben ser superados», reflexiona.
**Innovación y Sostenibilidad en la Cocina**
Uno de los aspectos más destacados de la cocina de Pía es su compromiso con la sostenibilidad y la innovación. Utiliza ingredientes de temporada y se enfoca en minimizar el impacto ambiental de su trabajo. «Mis postres son diferentes, poco convencionales, resaltando la biodiversidad del país», explica. Esta filosofía no solo enriquece su oferta culinaria, sino que también promueve un ciclo de valoración hacia los productos locales.
Pía está constantemente buscando nuevas formas de conectar con su comunidad y de compartir su amor por la cocina. Su próximo proyecto, Stelma, en honor a su abuela, busca acercar su propuesta culinaria a un público más amplio, ofreciendo opciones más casuales y accesibles. «Queremos que la gente se sienta cercana a nuestra cocina y a nuestros ingredientes», concluye.
La historia de Pía Salazar es un ejemplo inspirador de cómo la pasión, la dedicación y el amor por la cultura pueden llevar a una persona a alcanzar grandes alturas. Su legado no solo se mide en premios y reconocimientos, sino en la forma en que ha logrado conectar a las personas con la rica herencia culinaria de Ecuador.
