La economía ecuatoriana enfrenta un panorama mixto para el año 2025, según el informe de la consultora Deloitte. Se prevé un crecimiento del 1,2%, impulsado principalmente por sectores como la pesca y la manufactura de alimentos. Sin embargo, este crecimiento no será uniforme, ya que algunos sectores clave continuarán enfrentando contracciones significativas.
### Crecimiento Económico y Sectores Clave
El informe de Deloitte, titulado «Perspectivas económicas de Ecuador», destaca que la recuperación económica del país estará marcada por la desigualdad entre diferentes sectores. Mientras que la pesca y la manufactura de alimentos muestran signos de recuperación, otros sectores como la construcción, la refinación y el alojamiento y restaurantes seguirán en una trayectoria descendente. Daniel Zaga, economista jefe de Deloitte para la región, señala que esta situación se debe a restricciones estructurales que limitan el potencial de crecimiento del país. Entre estas restricciones se encuentran la debilidad de la inversión, los altos costos energéticos y productivos, así como la presión fiscal que enfrenta el gobierno.
A pesar de los desafíos, se espera que a partir del segundo semestre de 2025, la economía ecuatoriana comience a mostrar signos de recuperación, favorecida por un entorno político más estable y una normalización gradual de la actividad productiva. Sin embargo, es importante mencionar que durante el año 2024, la economía ya había registrado una contracción del 2%, afectando a 16 de las 20 ramas que componen el Producto Interno Bruto (PIB). Los sectores más impactados fueron la construcción, la refinación y el entretenimiento, mientras que la agricultura y los servicios inmobiliarios y financieros lograron un desempeño positivo.
### Inflación y Desafíos Fiscales
En cuanto a la inflación, Deloitte indica que esta ha estado influenciada por el bajo dinamismo de la economía, especialmente en lo que respecta al consumo. En abril de 2025, la variación anual de precios fue negativa, con un descenso del 0,69% en comparación con el mismo mes del año anterior. Sin embargo, en mayo, la inflación se situó en un 0,46%. La firma consultora proyecta que la inflación anual cerrará en un 1,5% en 2025, lo que refleja una demanda interna aún débil.
El entorno fiscal también presenta desafíos significativos. A pesar de los esfuerzos realizados para reducir el déficit fiscal, como el aumento del Impuesto al Valor Agregado (IVA) y la reducción de subsidios a las gasolinas, el país enfrenta un alto nivel de endeudamiento, con una deuda pública que ronda el 50% del PIB. Esto limita las posibilidades del gobierno para incrementar el gasto sin comprometer la sostenibilidad fiscal, especialmente en un contexto donde la economía tiene dificultades para crecer.
Deloitte anticipa que se realizarán esfuerzos adicionales en materia de eficiencia del gasto público, mejor focalización de subsidios y fortalecimiento de la administración tributaria. Estas medidas son cruciales para mejorar la situación fiscal del país y permitir un crecimiento más sostenido en el futuro.
El informe de Deloitte también menciona que la inversión extranjera en Ecuador en 2024 fue la más baja en 14 años, lo que refleja la falta de confianza de los inversores en el entorno económico y político del país. La recuperación de la inversión extranjera será fundamental para impulsar el crecimiento económico y diversificar la economía ecuatoriana.
### Perspectivas Futuras
A medida que Ecuador se dirige hacia 2025, es evidente que el país enfrenta una serie de desafíos económicos que requieren atención inmediata. La recuperación de sectores clave como la pesca y la manufactura de alimentos es un rayo de esperanza, pero la situación desigual en otros sectores plantea riesgos significativos. La inflación controlada y los esfuerzos fiscales son pasos en la dirección correcta, pero la sostenibilidad a largo plazo dependerá de la capacidad del gobierno para implementar reformas efectivas y crear un entorno propicio para la inversión.
En resumen, las perspectivas económicas de Ecuador para 2025 son mixtas, con oportunidades de crecimiento en ciertos sectores, pero también con desafíos importantes que deben ser abordados para garantizar un futuro económico más estable y próspero para el país.