Las calles de Quito se vieron invadidas por un mar de manifestantes el 11 de julio de 2025, cuando la Unión Nacional de Educadores (UNE) y diversas organizaciones sociales se unieron para marchar en contra de las leyes recientemente aprobadas por la Asamblea Nacional. Esta movilización marca un hito en el gobierno de Daniel Noboa, siendo la primera gran protesta desde su llegada al poder. La UNE, junto a otros gremios, exige la declaración de emergencia en el sistema educativo y la revisión de leyes que consideran inconstitucionales.
### Contexto de la Movilización
La marcha comenzó en la Casa del Maestro, un punto emblemático para los educadores, y se dirigió hacia la Corte Constitucional. La UNE ha manifestado su preocupación por las implicaciones de las nuevas leyes, que, según ellos, amenazan la estabilidad laboral y los derechos de los trabajadores. Andrés QuisHpe, presidente nacional de la UNE, explicó que la movilización es una respuesta a la falta de atención del gobierno hacia las necesidades del sector educativo. «Nos dirigimos a la Corte Constitucional porque es el único espacio que nos queda en este momento para defender los derechos de las mujeres, de los trabajadores, de la educación», afirmó QuisHpe.
La situación se ha vuelto tensa, ya que los manifestantes han expresado su descontento no solo con las leyes en cuestión, sino también con la falta de diálogo por parte del gobierno. La marcha se detuvo brevemente en la esquina de las avenidas 12 de octubre y Francisco Salazar, donde los asistentes gritaron consignas en contra del gobierno, evidenciando el clima de frustración que se vive en el país.
### Demandas y Reacciones
Entre las principales demandas de la UNE se encuentra la inconstitucionalidad de las leyes de Solidaridad, Integridad Pública e Inteligencia, que han sido objeto de críticas por su contenido y aplicación. Nelson Erazo, presidente del Frente Popular, se unió a la marcha y destacó que la preocupación no solo radica en la acumulación de la edad de los servidores públicos, sino en la amenaza que estas leyes representan para los derechos laborales. «El gobierno persiste en ir a una reforma laboral en donde se retome el trabajo por hora, planteando como principal elemento la eventualidad, es decir, trabajadores sin estabilidad», expresó Erazo.
La UNE y otros grupos sociales han anunciado que la movilización del 11 de julio no será la última. Se prevé una nueva jornada de protestas para el 16 de julio, donde se espera la participación de más de 40 organizaciones de diferentes sectores, tanto públicos como privados. Esta convocatoria refleja la creciente preocupación y unidad entre los distintos gremios que se sienten amenazados por las políticas del gobierno actual.
En los exteriores de la Corte Constitucional, varios líderes de gremios sociales y educativos tomaron la palabra para expresar sus inquietudes y demandas. Dos representantes de la UNE ingresaron al edificio para presentar un documento que analiza los artículos de las leyes aprobadas, mientras el resto de los manifestantes continuaba con sus gritos de protesta. La presencia de un amplio contingente de seguridad, con policías y vallas metálicas, evidenció la tensión que rodea a estas movilizaciones.
La situación en Ecuador es un reflejo de la lucha constante entre el gobierno y los sectores sociales que buscan defender sus derechos. La UNE, junto a otros grupos, ha dejado claro que no se detendrán hasta que sus demandas sean escuchadas y atendidas. La presión sobre el gobierno de Daniel Noboa aumenta, y las movilizaciones son una muestra palpable del descontento que se vive en el país. La respuesta del gobierno ante estas protestas será crucial para determinar el rumbo de la educación y los derechos laborales en Ecuador.