La situación económica en Ecuador se ha vuelto crítica, con un alarmante 30% de la población en riesgo de caer en la pobreza. Un estudio reciente del Banco Mundial revela que, a pesar de los avances en la reducción de la pobreza en el pasado, la pandemia y las crisis climáticas han revertido muchos de estos logros. Este artículo explora las causas de esta vulnerabilidad y las posibles soluciones para mitigar el impacto en la población más afectada.
**Causas de la Vulnerabilidad Económica**
El informe del Banco Mundial, titulado «Impulsando la prosperidad: evaluación de la pobreza y desigualdad en Ecuador», destaca que el mercado laboral es el principal determinante de la pobreza en el país. A pesar de que se han creado empleos desde 2014, la calidad de estos trabajos ha sido deficiente, caracterizada por altos niveles de informalidad y bajos ingresos. Esto ha llevado a que muchos ecuatorianos, especialmente aquellos en áreas rurales y mujeres, se encuentren en situaciones laborales precarias.
La informalidad laboral ha sido un factor clave en el aumento de la pobreza. Aunque el salario mínimo se incrementó entre 2014 y 2019, lo que inicialmente ayudó a reducir la pobreza, la situación se deterioró después de 2019. Durante la pandemia, el 89% del aumento de la pobreza se atribuyó a la disminución de los ingresos laborales. Las transferencias públicas de emergencia, aunque útiles, no fueron suficientes para contrarrestar el impacto negativo en la economía.
Además, la desigualdad se ha mantenido alta, con un índice que se sitúa en 0,463 en 2024, superando el promedio de América Latina y el Caribe. Esto indica que, a pesar de los esfuerzos por mejorar la situación económica, las brechas entre diferentes grupos socioeconómicos continúan ampliándose. La vulnerabilidad afecta desproporcionadamente a los hogares rurales, indígenas y aquellos encabezados por mujeres, lo que sugiere que las políticas actuales no están abordando adecuadamente las necesidades de estos grupos.
**La Concentración de la Pobreza en Áreas Urbanas**
Un aspecto preocupante que destaca el informe es la creciente concentración de la pobreza en las zonas urbanas. Aunque la pobreza urbana había disminuido en años anteriores, la pandemia revirtió esta tendencia. En 2020, la pobreza urbana alcanzó un 52,4%, un aumento significativo que refleja la fragilidad del empleo en las ciudades. A pesar de una leve recuperación económica, la tasa de pobreza urbana en 2024 es más alta que en 2014, lo que indica que los desafíos persisten.
La pobreza urbana se ha convertido en un fenómeno predominante, con un 49,6% de las personas pobres viviendo en ciudades. Esto plantea un desafío adicional para las políticas públicas, que deben adaptarse a las realidades urbanas y abordar las necesidades específicas de las comunidades más vulnerables.
**Recomendaciones para Mitigar la Vulnerabilidad**
El Banco Mundial ha propuesto varias acciones urgentes que Ecuador debe considerar para abordar la situación de vulnerabilidad económica. Una de las recomendaciones más destacadas es la diversificación de los motores de crecimiento económico. Esto implica no solo la creación de empleo, sino también la mejora de la calidad de los trabajos disponibles. Es esencial que las políticas laborales se centren en la formalización del empleo y en la creación de trabajos estables y bien remunerados.
Además, se sugiere fortalecer el sistema de protección social. Actualmente, un tercio de los hogares pobres no está cubierto por sistemas de asistencia social, lo que los deja vulnerables ante desastres climáticos y crisis económicas. La implementación de campañas de concienciación pública sobre los beneficios de la asistencia social podría aumentar la legitimidad y eficacia de estos programas.
Por último, es crucial fomentar la resiliencia ante impactos externos. Esto incluye la identificación de hogares en situación de vulnerabilidad que no estén cubiertos por sistemas de protección social y la promoción de estrategias de financiamiento que se adapten a sus necesidades. La transición hacia una infraestructura resiliente también es fundamental, especialmente en un país como Ecuador, que enfrenta riesgos climáticos significativos.
En resumen, la situación económica en Ecuador es preocupante, con un gran porcentaje de la población en riesgo de caer en la pobreza. Las causas son múltiples y complejas, pero con un enfoque adecuado en la mejora del mercado laboral, la protección social y la resiliencia, es posible revertir esta tendencia y construir un futuro más sostenible para todos los ecuatorianos.