La Plaza Guayarte, un emblemático espacio cultural y recreativo en el norte de Guayaquil, enfrenta una de sus peores crisis desde su inauguración en 2018. Este complejo, que fue concebido como un innovador centro de entretenimiento y cultura, ha visto cómo su vitalidad se desmorona, dejando solo un puñado de locales operativos en medio de un panorama desolador. Con un costo inicial de USD 4,8 millones, la plaza fue diseñada para atraer tanto a residentes como a turistas, pero hoy, la realidad es muy diferente.
**El Declive de un Espacio Prometedor**
La Plaza Guayarte, que alguna vez fue un punto de encuentro vibrante, ahora presenta un ala norte casi desierta, con solo cinco de los 54 locales abiertos. La situación se ha vuelto crítica, especialmente después de que una inspección municipal determinara que muchos de los locales no eran aptos para el público debido a problemas estructurales y de seguridad. La planta alta ha estado cerrada desde julio de 2023, y los daños visibles en la estructura, como el óxido y la corrosión, han contribuido a la percepción de abandono.
Los comerciantes que aún resisten en la plaza han expresado su preocupación por la disminución de visitantes. Renato Zurita, propietario de uno de los bares fundadores, ha señalado que las ventas han caído drásticamente, con algunos locales reportando solo el 30% de sus ingresos anteriores. La crisis de apagones que afectó a la ciudad a finales de 2024 ha sido un factor adicional que ha complicado la situación, haciendo que muchos potenciales clientes opten por no visitar el lugar.
**Plan de Rehabilitación y Esperanzas de Renovación**
A pesar del sombrío panorama, el Municipio de Guayaquil ha anunciado un plan de rehabilitación para la Plaza Guayarte, con un presupuesto de USD 265.687 destinado a la reparación de daños estructurales y la mejora de las instalaciones. Este proyecto incluye la rehabilitación de los sistemas eléctricos, la reparación de acabados y la adecuación de espacios para mejorar la circulación de los visitantes. La intervención busca no solo restaurar la funcionalidad del espacio, sino también reactivar su atractivo como punto de encuentro cultural y turístico.
El alcalde de Guayaquil, Aquiles Álvarez, ha manifestado su compromiso con la revitalización de la plaza, aunque ha criticado la lentitud en la ejecución de los trabajos necesarios. La propuesta de rehabilitación se espera que se adjudique en septiembre, y los comerciantes han expresado su esperanza de que estas mejoras puedan atraer nuevamente a los visitantes y devolver a la plaza su antiguo esplendor.
La Plaza Guayarte fue diseñada con la intención de ser un espacio multifuncional, donde se pudieran realizar eventos culturales de diversas disciplinas, incluyendo teatro y danza. Sin embargo, en los últimos tiempos, la programación se ha centrado principalmente en conciertos de música, lo que ha llevado a algunos comerciantes a solicitar una mayor diversidad en los eventos para atraer a un público más amplio.
La seguridad también ha sido un tema recurrente entre los comerciantes y visitantes. A pesar de que la plaza cuenta con vigilancia privada y un contingente de la Policía de Turismo, la percepción de inseguridad puede ser un factor que desanime a los visitantes. Los comerciantes han solicitado al municipio que refuerce las medidas de seguridad y promueva el espacio como un lugar seguro para disfrutar en familia.
La Plaza Guayarte, con su ubicación privilegiada junto al Estero Salado, tiene el potencial de convertirse nuevamente en un destino atractivo para los guayaquileños y turistas. Sin embargo, para que esto suceda, es crucial que se implementen las mejoras necesarias y se diversifiquen las actividades culturales. La comunidad local, así como los comerciantes, están a la espera de que las promesas de rehabilitación se materialicen y que la plaza recupere su lugar como un vibrante centro cultural en la ciudad.
En resumen, la Plaza Guayarte se encuentra en un momento crítico, pero con un plan de rehabilitación en marcha y el deseo de los comerciantes y la comunidad de revitalizar el espacio, hay esperanzas de que este emblemático lugar pueda renacer y volver a ser un punto de encuentro dinámico y cultural en Guayaquil.