La reciente inauguración de la Asamblea Nacional de Ecuador para el periodo 2025-2029 ha marcado el inicio de un capítulo lleno de incertidumbres y tensiones políticas. Con dos grandes bloques, Acción Democrática Nacional (ADN) y Revolución Ciudadana (RC), cada uno con 66 legisladores, la búsqueda de una mayoría simple se convierte en el eje central de la gestión legislativa. Este artículo explora las dinámicas de poder en la nueva asamblea y el papel crucial de los 19 legisladores independientes que podrían definir el rumbo de las votaciones.
La primera sesión del Pleno, llevada a cabo el 14 de mayo de 2025, reveló la fragilidad de las alianzas políticas en un contexto donde ninguna de las dos principales bancadas logra la mayoría necesaria para aprobar leyes. Este escenario inédito desde el retorno a la democracia en Ecuador plantea interrogantes sobre cómo se desarrollarán las negociaciones y las votaciones en los próximos años.
### La Fragmentación del Poder Legislativo
La Asamblea Nacional se encuentra en una situación peculiar, donde la fragmentación del poder es evidente. Con dos bloques que controlan el 88% de las curules, la falta de una mayoría clara significa que las decisiones dependerán en gran medida de los 19 legisladores que no se alinean con ninguna de las dos principales fuerzas políticas. Estos legisladores, que representan aproximadamente el 12% del total, se convierten en actores clave en la búsqueda de consensos.
Durante la primera sesión, se observó cómo la falta de apoyo sólido afectó al oficialismo. La madre del presidente, Annabella Azin, tuvo que intervenir para convencer a algunos legisladores indecisos, lo que pone de manifiesto la debilidad de las alianzas actuales. Las votaciones se caracterizaron por la incertidumbre, con suspensiones y presiones constantes para asegurar los votos necesarios. Esta situación no solo refleja la inestabilidad política, sino también la necesidad de ADN y RC de establecer estrategias efectivas para atraer a los legisladores independientes.
Entre los 19 legisladores que no pertenecen a ninguna bancada, algunos mostraron una tendencia a apoyar al oficialismo, mientras que otros optaron por la abstención. Este comportamiento sugiere que las lealtades pueden ser fluidas y que las negociaciones serán esenciales para lograr una mayoría en futuras votaciones. La capacidad de ADN para atraer a estos legisladores será crucial para su éxito legislativo.
### El Papel de los Legisladores Independientes
Los 19 legisladores independientes se convierten en el centro de atención en este nuevo panorama político. Con un poder significativo para inclinar la balanza en las votaciones, su comportamiento y decisiones serán determinantes. Algunos de ellos, como Mónica Salazar y Elías Celleri, ya han anunciado su apoyo a ADN, lo que les ha valido posiciones en el Consejo de Administración Legislativa (CAL). Sin embargo, la mayoría de los independientes aún no han tomado una decisión clara sobre su alineación política, lo que genera incertidumbre sobre su papel en el futuro.
La dinámica de votación en la primera sesión mostró cambios significativos. Por ejemplo, en la votación para la segunda Vicepresidencia, cuatro votos cambiaron entre la primera y la segunda ronda. Esto indica que las decisiones no son definitivas y que las negociaciones pueden influir en el resultado final. La capacidad de ADN para negociar y establecer alianzas será fundamental para asegurar una mayoría estable.
Además, la situación se complica con la intención de Renovación Total (RETO) de formar su propia bancada. Si esta nueva agrupación decide no alinearse con el correísmo, la Revolución Ciudadana podría verse debilitada, quedando con solo 48 legisladores. Esto podría cambiar drásticamente el equilibrio de poder en la Asamblea y ofrecer nuevas oportunidades para ADN y otros movimientos políticos.
La incertidumbre en torno a las futuras votaciones y la composición de las comisiones legislativas añade otra capa de complejidad a la situación. Legisladores como Dina Farinango de Pachakutik y Ana María Raffo del correísmo han optado por la abstención, lo que refleja la falta de consenso y la necesidad de construir puentes entre las diferentes fuerzas políticas.
En este contexto, la habilidad de los líderes de ADN y RC para negociar y atraer a los legisladores independientes será crucial. La capacidad de formar coaliciones y alcanzar acuerdos será determinante para el éxito de cualquier iniciativa legislativa. A medida que avanza el periodo legislativo, la atención estará centrada en cómo se desarrollan estas dinámicas y qué impacto tendrán en la gobernabilidad del país.
La nueva Asamblea Nacional de Ecuador se enfrenta a un reto monumental: lograr la estabilidad y la efectividad en un entorno político fragmentado. La interacción entre los bloques principales y los legisladores independientes será clave para determinar el futuro legislativo del país. Con un panorama tan incierto, el próximo periodo promete ser un campo de batalla político donde las alianzas y las negociaciones jugarán un papel fundamental.