La Isla Santay, ubicada en el cantón Durán, ha sido un símbolo de abandono durante la última década. Con una población de aproximadamente 320 habitantes, esta comunidad ha enfrentado la falta de servicios básicos, especialmente electricidad, lo que ha llevado a sus residentes a vivir en condiciones precarias. Sin embargo, un nuevo proyecto gubernamental promete cambiar esta situación, ofreciendo la esperanza de un futuro más brillante para sus habitantes.
**Un Proyecto de Energía Eléctrica que Renueva la Esperanza**
La presidenta de la comunidad, Jenny Cruz, ha sido una voz activa en la lucha por mejorar las condiciones de vida en la isla. Desde 2010, Santay ha sido declarada área protegida, pero esto no ha impedido que sus habitantes sufran la falta de infraestructura y servicios. Cruz recuerda que en los últimos diez años no se ha realizado ninguna obra significativa en la isla, lo que ha llevado a una creciente frustración entre los residentes.
El proyecto de dotación de energía eléctrica, que incluye la instalación de un sistema fotovoltaico, ha sido recibido con entusiasmo. Este sistema no solo proporcionará luz a las viviendas, sino que también permitirá a los residentes utilizar electrodomésticos básicos, mejorando así su calidad de vida. La Corporación Nacional de Electricidad (CNEL) ha prometido implementar este sistema, lo que representa un rayo de esperanza para la comunidad.
**Condiciones de Vida en la Isla Santay**
La situación actual en Santay es alarmante. La falta de electricidad ha llevado a los residentes a depender de velas y generadores a diésel, lo que no solo es costoso, sino también insostenible. La comunidad enfrenta desafíos adicionales, como el acceso al agua potable, que es transportada en embarcaciones a un alto costo. La infraestructura de la isla, incluyendo caminos y puentes, está deteriorada, lo que dificulta el acceso de turistas y limita las oportunidades económicas para los habitantes.
La escasez de recursos ha llevado a los isleños a vivir en condiciones de pobreza extrema. Muchos de ellos son pescadores, pero la actividad pesquera se ha vuelto cada vez más peligrosa debido a la presencia de piratas en la zona. La falta de seguridad y la disminución de los recursos pesqueros han hecho que la vida en la isla sea aún más complicada.
**La Promesa de un Futuro Mejor**
A pesar de los desafíos, la comunidad de Santay se mantiene optimista. La implementación del sistema fotovoltaico no solo proporcionará electricidad, sino que también abrirá nuevas oportunidades para el desarrollo social y económico. Con la llegada de la energía eléctrica, los residentes podrán acceder a servicios básicos como la educación y la atención médica de manera más efectiva.
El proyecto también incluye la instalación de nuevas luminarias y la mejora de la infraestructura existente. La comunidad espera que estas mejoras atraigan a más turistas, lo que podría generar ingresos adicionales y revitalizar la economía local. La esperanza es que, con el tiempo, Santay se convierta en un destino turístico sostenible que respete su rica biodiversidad y su historia.
**Un Llamado a la Acción**
La situación en la Isla Santay es un recordatorio de la importancia de la inversión en infraestructura y servicios básicos en comunidades vulnerables. La falta de atención a estas necesidades ha llevado a un ciclo de pobreza y abandono que afecta a generaciones enteras. Es fundamental que las autoridades locales y nacionales se comprometan a mejorar las condiciones de vida en la isla y en otras comunidades similares.
La comunidad de Santay ha demostrado una resiliencia admirable frente a la adversidad. Con el apoyo adecuado, es posible que esta isla, rica en historia y biodiversidad, pueda florecer y convertirse en un ejemplo de desarrollo sostenible. La implementación del sistema fotovoltaico es solo el primer paso hacia un futuro más brillante para sus habitantes. La comunidad espera que, finalmente, se cumplan las promesas de desarrollo y que la luz eléctrica llegue a cada hogar, transformando la vida en la isla para siempre.