La erosión regresiva en el río Coca se ha convertido en un fenómeno alarmante que afecta no solo el medio ambiente, sino también la infraestructura crítica de Ecuador. Este fenómeno, que comenzó a manifestarse de manera significativa en 2020, ha cobrado relevancia en los últimos meses debido a las intensas lluvias en la provincia de Napo, que han acelerado su avance y puesto en riesgo importantes oleoductos y vías de comunicación.
**Impacto de las Fuertes Lluvias en la Erosión Regresiva**
La provincia de Napo ha sido testigo de un incremento en las precipitaciones, lo que ha contribuido a la reactivación de la erosión regresiva en el río Coca. Este fenómeno se caracteriza por la erosión del suelo que socava el lecho del río y desmorona sus márgenes, creando enormes socavones que amenazan la estabilidad de la infraestructura circundante. En particular, el río Loco, un afluente del Coca, ha comenzado a mostrar signos de desmoronamiento, lo que ha llevado al cierre de tramos de la vía que conecta Quito con Lago Agrio.
El 2 de julio de 2025, el Ministerio de Transporte y Obras Públicas anunció el cierre del tramo El Chaco-Lago Agrio debido a los daños causados por la erosión. Este cierre no solo afecta la movilidad de los ciudadanos, sino que también interrumpe el transporte de mercancías y recursos vitales para la región. La recomendación del Ministerio es utilizar rutas alternas, lo que podría incrementar los tiempos de viaje y los costos de transporte.
**Amenazas a la Infraestructura Petrolera**
La erosión regresiva no solo afecta las vías de comunicación, sino que también representa un grave riesgo para la infraestructura petrolera de Ecuador. El Oleoducto de Crudos Pesados (OCP) y el Sistema de Oleoducto Transecuatoriano (SOTE) están en la mira de este fenómeno. La empresa Petroamazonas ha tenido que suspender el bombeo y cerrar válvulas en respuesta a la erosión en el río Loco, lo que podría tener repercusiones significativas en la producción de petróleo del país.
Desde el inicio de la erosión, Petroamazonas ha implementado diversas obras para mitigar el impacto de este fenómeno, pero las recientes lluvias han dificultado estos esfuerzos. En junio de 2025, se registró una de las crecidas más significativas desde que comenzó la erosión, con caudales de hasta 3,100 metros cúbicos por segundo en el río Coca. Esta situación ha puesto en jaque la capacidad de las autoridades para monitorear y controlar el avance de la erosión, ya que se requiere que los niveles de agua disminuyan para realizar análisis precisos.
La erosión regresiva del río Coca ha avanzado peligrosamente cerca de las obras de captación de la hidroeléctrica Coca Codo Sinclair, la más grande del país, ubicada entre las provincias de Napo y Sucumbíos. Este avance es motivo de preocupación, ya que cualquier daño a esta infraestructura podría tener consecuencias devastadoras para el suministro eléctrico en Ecuador.
**Medidas de Mitigación y Prevención**
Ante la gravedad de la situación, es imperativo que las autoridades implementen medidas efectivas para mitigar el impacto de la erosión regresiva. Esto incluye la construcción de estructuras de contención, la reforestación de las márgenes de los ríos y la implementación de programas de monitoreo constante para evaluar el avance de la erosión. Además, es fundamental que se realicen campañas de concienciación sobre la importancia de la conservación del medio ambiente y la gestión sostenible de los recursos hídricos.
La colaboración entre el gobierno, las empresas y la comunidad es esencial para abordar este desafío. La inversión en infraestructura resiliente y la adopción de prácticas sostenibles pueden ayudar a reducir el impacto de fenómenos naturales como la erosión regresiva. Asimismo, es crucial que se realicen estudios científicos que permitan comprender mejor las dinámicas de este fenómeno y sus implicaciones a largo plazo.
**El Futuro de la Región**
El futuro de la región de Napo y de la infraestructura crítica de Ecuador depende de la capacidad de respuesta ante la erosión regresiva. La combinación de cambios climáticos, lluvias intensas y la falta de medidas adecuadas ha creado un escenario complejo que requiere atención inmediata. La situación actual es un recordatorio de la fragilidad de los ecosistemas y la necesidad de adoptar un enfoque proactivo para proteger tanto el medio ambiente como la economía del país.
La erosión regresiva en el río Coca es un fenómeno que no solo afecta a la naturaleza, sino que también tiene repercusiones en la vida diaria de los ecuatorianos. La comunidad debe estar informada y preparada para enfrentar los desafíos que se avecinan, mientras que las autoridades deben actuar con determinación para garantizar la seguridad y el bienestar de todos los ciudadanos.