La situación de seguridad en Quito, especialmente en el sur de la ciudad, ha alcanzado niveles alarmantes en los últimos meses. La violencia, que se ha manifestado en una serie de asesinatos y ataques armados, ha dejado a la comunidad en un estado de temor y preocupación. Uno de los incidentes más recientes ocurrió en Quitumbe, donde dos hombres fueron asesinados en una peluquería, lo que ha encendido las alarmas en las autoridades locales y en los residentes del área.
### Un nuevo grupo delictivo en acción
El ataque en Quitumbe, que tuvo lugar el 17 de mayo de 2025, ha sido atribuido a un grupo delictivo emergente conocido como «Los Viernes 13». Este grupo ha dejado panfletos en la escena del crimen, amenazando a otras bandas criminales como Ñetas, Choneros y Tiguerones. La Policía Nacional ha comenzado a investigar la naturaleza de estas amenazas y su posible relación con la ola de violencia que ha azotado a la ciudad.
Los dos hombres asesinados, uno de los cuales era el dependiente de la peluquería y el otro un cliente que trabajaba como guardia de seguridad, no tenían antecedentes penales. Esto ha llevado a las autoridades a considerar que el ataque podría estar relacionado con una disputa territorial entre bandas criminales, en lugar de un caso de extorsión o «vacuna». El coronel Paul Enríquez, subcomandante del Distrito Metropolitano de Quito, ha indicado que la comunidad tiene poca información sobre este nuevo grupo delictivo, lo que complica la labor de las fuerzas del orden.
La violencia en Quito no es un fenómeno nuevo, pero la reciente escalada ha dejado a muchos preguntándose qué está sucediendo en la ciudad. Desde principios de mayo, se han reportado múltiples asesinatos en diferentes barrios del sur de Quito, lo que ha llevado a un aumento en la presencia policial y a la implementación de medidas de seguridad más estrictas.
### La ola de asesinatos y su impacto en la comunidad
La serie de asesinatos en el sur de Quito ha generado un clima de inseguridad que afecta a todos los aspectos de la vida cotidiana. Los residentes se sienten cada vez más vulnerables, y muchos han comenzado a evitar salir de sus casas, especialmente en horas de la noche. Este cambio en el comportamiento de la comunidad es un reflejo del impacto que la violencia tiene en la vida diaria de los ciudadanos.
Entre los incidentes más destacados se encuentran el asesinato de una persona en La Mena y el hallazgo de cuerpos abandonados en El Troje. Además, en Solanda, uno de los puntos más conflictivos de la ciudad, dos hombres fueron acribillados. Estos eventos han llevado a un aumento en la preocupación por la seguridad pública y han puesto de relieve la necesidad de una respuesta efectiva por parte de las autoridades.
La Policía Nacional ha intensificado sus esfuerzos para abordar esta ola de violencia, pero los desafíos son significativos. La falta de información sobre los nuevos grupos delictivos y la complejidad de las dinámicas criminales en la ciudad dificultan la tarea de las fuerzas del orden. Además, la comunidad se siente cada vez más desconectada de las autoridades, lo que complica aún más la colaboración necesaria para combatir el crimen.
Los panfletos dejados por Los Viernes 13 son un indicativo de la forma en que estos grupos buscan establecer su dominio en el territorio. Las amenazas a otras bandas criminales sugieren que hay una lucha por el control de actividades ilícitas en la zona, lo que podría resultar en más violencia en el futuro. La situación es preocupante, y muchos se preguntan si las autoridades podrán contener esta ola de criminalidad antes de que cause más estragos en la comunidad.
La violencia en Quito es un problema que requiere atención urgente. La combinación de factores como la pobreza, la falta de oportunidades y la presencia de grupos delictivos ha creado un caldo de cultivo para el crimen. Es fundamental que se implementen estrategias efectivas para abordar las causas subyacentes de la violencia y garantizar la seguridad de los ciudadanos.
A medida que la situación continúa evolucionando, es esencial que tanto las autoridades como la comunidad trabajen juntas para encontrar soluciones que permitan restaurar la paz y la seguridad en Quito. La colaboración entre la Policía Nacional y los residentes será clave para desmantelar las redes criminales y devolver la tranquilidad a las calles de la ciudad.