La popularidad de los muñecos hiperrealistas, conocidos como «bebés reborn», ha desatado un intenso debate en Brasil, llegando incluso al ámbito legislativo. Estos muñecos, que imitan a la perfección a los recién nacidos, han capturado la atención de coleccionistas y curiosos, pero también han generado críticas y preocupaciones sobre su impacto en la sociedad. En este artículo, exploraremos el fenómeno de los bebés reborn, su historia, y las reacciones que han suscitado en el país sudamericano.
El auge de los bebés reborn en Brasil
Los bebés reborn son muñecos confeccionados artesanalmente con materiales como silicona o vinilo, que pueden llegar a costar miles de dólares. Su diseño incluye detalles tan realistas como venitas, lágrimas y saliva, e incluso algunos modelos tienen la capacidad de simular funciones biológicas como mamar y hacer pipí. Este tipo de muñecos se originó en Estados Unidos a principios de los años 90, pero su popularidad ha crecido exponencialmente en Brasil en los últimos años.
La historia de Gabi Matos, una joven coleccionista de 21 años, es un claro ejemplo de cómo este fenómeno ha capturado la imaginación de muchos. Desde que recibió su primer muñeco a los 9 años, ha acumulado una colección de 22 bebés reborn, a los que cuida y trata como si fueran sus propios hijos. Gabi comparte sus rutinas diarias con estos muñecos en su canal de YouTube, donde cuenta con 1,3 millones de seguidores. Sin embargo, su pasión ha sido objeto de críticas, y muchos han cuestionado su salud mental, sugiriendo que debería recibir atención psiquiátrica.
La controversia se intensificó tras un evento de coleccionistas en un parque de São Paulo, donde se viralizaron videos de una escenificación de un parto reborn. Este tipo de representaciones ha llevado a un debate público sobre la naturaleza de la relación entre los coleccionistas y sus muñecos, dividiendo a la opinión pública entre quienes ven esta actividad como un pasatiempo inofensivo y quienes la consideran preocupante.
Reacciones y debates en la sociedad brasileña
La controversia ha generado una serie de reacciones en las redes sociales y en los medios de comunicación. Algunas figuras públicas, como la actriz Luana Piovani, han expresado su preocupación, sugiriendo que la crianza de estos muñecos podría llevar a consecuencias más graves en el futuro. Por otro lado, hay quienes defienden el derecho de las personas a disfrutar de sus pasatiempos sin ser juzgadas. Alana Generoso, otra apasionada de los bebés reborn, ha abierto su propia tienda en Campinas, donde simula una sala de recién nacidos y vende estos muñecos a sus clientes. Para ella, la polémica surge del desconocimiento sobre el fenómeno.
El debate ha llegado incluso al Congreso, donde se han propuesto varios proyectos de ley que buscan regular la venta y el uso de los bebés reborn. Algunos legisladores han planteado la necesidad de ofrecer ayuda psicológica a quienes desarrollan una conexión excesiva con estos muñecos, mientras que otros han defendido la libertad de los coleccionistas. Un diputado, Manoel Isidório, incluso llevó un muñeco al hemiciclo, argumentando que jugar con ellos no es un pecado.
La psicología detrás del fenómeno
Desde una perspectiva psicológica, el fenómeno de los bebés reborn puede estar relacionado con la búsqueda de vínculos emocionales en un mundo cada vez más solitario. La psicóloga Viviane Cunha señala que coleccionar estos muñecos puede ser una forma de lidiar con la soledad, un problema que ha sido catalogado como una pandemia por la Organización Mundial de la Salud. Sin embargo, advierte que el comportamiento se convierte en un trastorno cuando comienza a afectar la vida diaria de la persona, como faltar al trabajo por cuidar a un muñeco.
Además, Gabi Matos ha señalado que existe un sesgo de género en la percepción de este hobby. Mientras que los pasatiempos masculinos, como los videojuegos, son ampliamente aceptados, las mujeres que cuidan de sus muñecos son a menudo vistas como enfermas o inadecuadas. Esta doble moral en la sociedad brasileña ha llevado a muchas coleccionistas a sentirse incomprendidas y juzgadas por sus elecciones.
El fenómeno de los bebés reborn en Brasil es un reflejo de las complejidades de la sociedad contemporánea, donde la búsqueda de conexiones emocionales y la expresión de la creatividad a menudo chocan con las normas y expectativas sociales. A medida que la popularidad de estos muñecos continúa creciendo, es probable que el debate sobre su significado y su impacto en la sociedad brasileña siga evolucionando.
