La reciente visita del secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, a Ecuador ha puesto de relieve la creciente cooperación entre ambos países en la lucha contra el narcotráfico y el terrorismo. En una conferencia de prensa celebrada en el aeropuerto de Hamilton, Canadá, Rubio destacó la importancia de esta colaboración en un contexto regional marcado por la violencia y la inestabilidad. La relación entre Estados Unidos y Ecuador se ha fortalecido bajo la administración del presidente Daniel Noboa, quien ha buscado apoyo internacional para enfrentar los desafíos que plantea el narcotráfico en su país.
**La Amenaza del Narcotráfico en Ecuador**
Rubio no escatimó en palabras al describir la situación en Ecuador, donde las organizaciones criminales han escalado su actividad, poniendo en riesgo la seguridad nacional. En su discurso, el secretario de Estado se refirió a las bandas de Los Choneros y Los Lobos, a las que Estados Unidos ha calificado como organizaciones terroristas. Estas agrupaciones no solo están involucradas en el tráfico de drogas, sino que también han perpetrado ataques armados y han utilizado artefactos explosivos improvisados, lo que ha llevado a un aumento de la violencia en el país.
El funcionario estadounidense enfatizó que el narcotráfico es un problema endémico en la región, y que las organizaciones que operan en Ecuador no son meras bandas criminales, sino grupos que amenazan la estabilidad del Estado ecuatoriano. En este sentido, Rubio afirmó que «no se trata solo de organizaciones criminales, sino de organizaciones terroristas que amenazan la viabilidad y las capacidades de los Estados». Esta declaración subraya la gravedad de la situación y la necesidad de una respuesta coordinada y efectiva.
La cooperación entre Estados Unidos y Ecuador se ha manifestado en diversas formas, incluyendo el intercambio de información y recursos para combatir el tráfico de drogas. Rubio mencionó que su país mantiene una sólida colaboración con varios países de la región, incluyendo México, El Salvador y Guatemala, para frenar el tráfico de drogas que se dirige hacia Estados Unidos. Esta estrategia incluye no solo la vigilancia y el control de las rutas de tráfico, sino también el apoyo a las fuerzas de seguridad ecuatorianas en su lucha contra el narcotráfico.
**Visitas de Alto Nivel y Estrategias de Seguridad**
La visita de Rubio a Quito no fue un evento aislado. En los últimos meses, Ecuador ha recibido a varios funcionarios de alto rango de la administración estadounidense, incluyendo a la secretaria de Seguridad, Kristi Noem. Durante su visita, Noem inspeccionó bases aéreas de la Fuerza Aérea Ecuatoriana (FAE) en Salinas y Manta, lo que sugiere un interés por parte de Estados Unidos en establecer facilidades militares en el país. Esta acción ha generado un debate en Ecuador, especialmente en el contexto de un referéndum que se llevará a cabo el 16 de noviembre, donde se planteará la posibilidad de eliminar la prohibición de instalar bases militares extranjeras en el territorio ecuatoriano.
La relación entre ambos países ha sido históricamente compleja, marcada por momentos de cooperación y tensión. Sin embargo, la administración de Noboa parece estar buscando un acercamiento más estrecho con Estados Unidos, especialmente en el ámbito de la seguridad. La visita de Rubio y las declaraciones sobre la cooperación en la lucha contra el narcotráfico son un reflejo de esta nueva dinámica.
Rubio también abordó la situación en Venezuela, donde acusó al régimen de Nicolás Maduro de ser un actor clave en el tráfico de drogas en la región. Según el secretario de Estado, el gobierno venezolano no es legítimo y está vinculado a organizaciones criminales que amenazan la seguridad de los países vecinos, incluyendo Ecuador. Esta narrativa se alinea con la postura de la administración Trump, que ha adoptado una postura dura contra el régimen de Maduro y ha buscado desmantelar sus redes de narcotráfico.
La cooperación en materia de seguridad y defensa entre Estados Unidos y Ecuador podría abrir nuevas oportunidades para el país sudamericano, pero también plantea interrogantes sobre la soberanía y el control territorial. A medida que Ecuador enfrenta una creciente ola de violencia y criminalidad, la necesidad de apoyo internacional se vuelve cada vez más urgente. Sin embargo, es fundamental que este apoyo se maneje de manera que respete la autonomía del país y no conduzca a una mayor militarización de la región.
La situación en Ecuador es un microcosmos de los desafíos más amplios que enfrenta América Latina en la lucha contra el narcotráfico y el crimen organizado. La colaboración entre Estados Unidos y los países de la región será crucial para abordar estos problemas de manera efectiva, pero también requerirá un enfoque equilibrado que considere las realidades locales y las implicaciones a largo plazo de la intervención extranjera.
