La cooperación internacional es un pilar fundamental en la lucha contra el crimen organizado, un fenómeno que afecta a muchos países en el mundo, incluyendo a Ecuador. Recientemente, el embajador de Italia en Quito, Giovanni Davoli, reafirmó el compromiso de su país con Ecuador en este ámbito, destacando la importancia de trabajar juntos para enfrentar este desafío que amenaza la democracia y la estabilidad económica. Durante un evento en el Instituto de Altos Estudios Nacionales (IAEN), Davoli enfatizó que el crimen organizado no solo es un problema de seguridad, sino que también tiene repercusiones económicas significativas, estimándose que su costo podría alcanzar hasta el 10% del PIB de un país.
### La Amenaza del Crimen Organizado
El crimen organizado se manifiesta de diversas formas, incluyendo el narcotráfico, el lavado de activos y la corrupción. Estas actividades ilícitas no solo generan violencia y desestabilizan a las instituciones, sino que también afectan el desarrollo económico y social de las naciones. En Ecuador, la situación ha sido alarmante, con un aumento en los índices de criminalidad y una creciente preocupación por la seguridad pública. El embajador Davoli subrayó que la lucha contra el crimen organizado es una responsabilidad compartida, que requiere la colaboración de todos los sectores de la sociedad, incluyendo el gobierno, las fuerzas de seguridad y la ciudadanía.
Durante el acto de clausura de un curso de capacitación dirigido a funcionarios de diversas instituciones ecuatorianas, Davoli reiteró que Italia está dispuesta a apoyar a Ecuador en su camino hacia la justicia y la transparencia. Este curso, que incluyó a miembros de la Fiscalía, la Unidad de Análisis Financiero y Económico (UAFE), el Servicio de Rentas Internas (SRI) y la Policía, fue una muestra del compromiso italiano en el fortalecimiento de las capacidades locales para combatir el lavado de activos y otros delitos relacionados con el crimen organizado.
### Estrategias de Cooperación y Capacitación
La cooperación entre Italia y Ecuador se ha materializado a través de programas específicos que buscan fortalecer las instituciones ecuatorianas en su lucha contra el crimen organizado. Uno de los aspectos más destacados de esta colaboración es la capacitación de funcionarios en técnicas de investigación patrimonial, inteligencia financiera y cooperación judicial internacional. Estas herramientas son esenciales para enfrentar las nuevas formas de delito organizado que han surgido en el contexto global.
El rector del IAEN, Carlos Jácome, enfatizó la importancia de esta formación, que busca no solo mejorar las capacidades técnicas de los funcionarios, sino también fomentar un enfoque integral en la lucha contra el crimen organizado. Fausto Íñiguez, subcomandante de la Policía Nacional, y Carlos Alarcón, fiscal general subrogante, también expresaron su agradecimiento por el apoyo italiano, destacando la necesidad de trabajar en conjunto y no como islas, para lograr objetivos comunes en la lucha contra la criminalidad.
Tatiana Sampedro, directora nacional de Transparencia de Gestión de la Judicatura, señaló que Ecuador enfrenta desafíos significativos, como la fragmentación normativa, que complica la tarea de combatir el crimen organizado. Sin embargo, la colaboración con Italia ofrece una oportunidad para superar estas barreras y avanzar hacia un sistema más cohesionado y efectivo.
La formación fue financiada por el programa ítalo-ecuatoriano para el Fortalecimiento Institucional del Sistema de Seguridad y Justicia del Ecuador (Itajus), que busca mejorar la capacidad del país para enfrentar los desafíos del crimen organizado. Este tipo de iniciativas son cruciales para construir un Estado fuerte y transparente, capaz de proteger a sus ciudadanos y garantizar la justicia.
La lucha contra el crimen organizado es un esfuerzo continuo que requiere no solo la voluntad política, sino también el compromiso de la sociedad civil y la comunidad internacional. La colaboración entre Italia y Ecuador es un ejemplo de cómo los países pueden unir fuerzas para enfrentar un enemigo común que amenaza la paz y la estabilidad en la región. A medida que ambos países continúan trabajando juntos, se espera que se logren avances significativos en la lucha contra el crimen organizado, promoviendo un entorno más seguro y justo para todos los ciudadanos.
