La Bahía de Guayaquil, un área emblemática y vital para el comercio de la ciudad, se enfrenta a una creciente ola de inseguridad que ha dejado a comerciantes y residentes en un estado de alarma constante. A pesar de las promesas de seguridad por parte de las autoridades, la realidad en el terreno es muy diferente, con un aumento en los delitos y un ambiente de temor que afecta la actividad económica de la zona.
La situación se ha vuelto crítica tras un atentado con explosivos que tuvo lugar hace dos meses, dejando daños significativos en varios locales comerciales y generando un clima de desconfianza entre los comerciantes. La Fiscalía ha intervenido en el caso, pero la falta de avances concretos en la investigación ha dejado a muchos sintiéndose desprotegidos y vulnerables.
### La Realidad de los Comerciantes
Los comerciantes de la Bahía han expresado su frustración ante la falta de medidas efectivas para garantizar su seguridad. Víctor Mosquera, presidente de una de las asociaciones de comerciantes, ha señalado que la presencia policial es insuficiente, especialmente durante las horas nocturnas. «La Policía no se alcanza, no es perenne. Uno ve en la mañana y en la tarde ya no están», comentó Mosquera, quien también destacó que muchos negocios han tenido que cerrar antes de lo habitual debido al miedo a ser víctimas de delitos.
La situación se agrava con las extorsiones que han proliferado en la zona. Vendedores han reportado que grupos delictivos les exigen pagos mensuales para garantizar su seguridad, lo que ha llevado a algunos a abandonar sus negocios. «Queremos vivir en paz con nuestras familias», expresó Ermo Chamba, otro comerciante que ha visto cómo sus ventas se han reducido drásticamente desde la pandemia.
Los comerciantes han hecho un llamado a las autoridades para que se implementen medidas de seguridad más efectivas, como patrullajes constantes y la presencia de más agentes en la zona. La falta de acción ha llevado a muchos a sentirse abandonados por el gobierno local y nacional, lo que ha intensificado la sensación de inseguridad.
### La Respuesta de las Autoridades
A pesar de las quejas y la presión de los comerciantes, las respuestas de las autoridades han sido limitadas. Recientemente, la Fiscalía detuvo a un sospechoso en relación con el atentado, pero la audiencia preparatoria de juicio fue suspendida, lo que ha generado aún más incertidumbre. La fiscal Marjorie Escobar anunció que se cerró la instrucción fiscal, lo que podría llevar a la liberación del detenido, Iván Michael B. Ch., quien ha estado en prisión desde el 4 de junio.
Este desarrollo ha sido recibido con escepticismo por parte de los comerciantes, quienes temen que la falta de acción judicial contribuya a un ambiente de impunidad. «A unos les piden hasta USD 1.000 mensuales en extorsiones. Nadie va a pagar eso», afirmaron varios vendedores, quienes se han unido para exigir una respuesta más contundente por parte de las autoridades.
La situación ha llevado a algunos comerciantes a presentar sus quejas ante la Asamblea Nacional, donde han solicitado medidas urgentes para abordar la crisis de seguridad en la Bahía. La dirigente Lucía Peña, quien representó a los comerciantes en una reciente reunión, destacó que la situación es crítica y que muchos han visto una reducción del 70% en sus ventas desde la pandemia.
La falta de acción por parte de las autoridades ha dejado a los comerciantes sintiéndose desprotegidos y vulnerables. La percepción de inseguridad ha afectado no solo a los negocios, sino también a la vida cotidiana de quienes habitan y trabajan en la Bahía de Guayaquil. La comunidad ha expresado su deseo de que se tomen medidas efectivas para restaurar la seguridad y la confianza en la zona, que alguna vez fue un bullicioso centro comercial.
La Bahía de Guayaquil, con su rica historia y su importancia económica, se encuentra en un punto crítico. La combinación de inseguridad, extorsiones y la falta de respuesta efectiva por parte de las autoridades ha llevado a un deterioro en la calidad de vida de sus habitantes. Los comerciantes, que son el corazón de esta área, están pidiendo a gritos una solución que les permita operar con tranquilidad y seguridad, y que les devuelva la confianza en su entorno.