La violencia en Guayaquil ha alcanzado niveles alarmantes, y el reciente asesinato de una familia en el sector de Flor de Bastión ha dejado a la comunidad consternada. Este trágico suceso ha puesto de manifiesto la creciente preocupación por la seguridad en la ciudad, lo que ha llevado a su alcalde, Aquiles Alvarez, a cuestionar la falta de coordinación con el Gobierno nacional en la lucha contra el crimen organizado.
### Un Crimen que Conmociona a la Comunidad
El 28 de agosto de 2025, la tranquilidad de una familia en Flor de Bastión se vio brutalmente interrumpida cuando hombres armados, que se hacían pasar por policías, irrumpieron en su hogar. Las víctimas, Sixto Doroteo Vega Arana, de 57 años, su esposa Maricela Jazmin Gómez Villegas, de 50 años, y su hija Dayana Yamilet Vega Gómez, de 22 años, fueron asesinadas a tiros en un ataque que ha dejado a la comunidad en estado de shock. Solo un niño de un año sobrevivió a esta tragedia, lo que ha intensificado el dolor y la indignación entre los vecinos.
Sixto Vega, quien había dedicado más de dos décadas de su vida al servicio del Municipio de Guayaquil como mensajero, se convirtió en una de las víctimas de un crimen que refleja la creciente inseguridad en la ciudad. El alcalde Alvarez, al enterarse de la noticia, expresó su profundo pesar a través de sus redes sociales, destacando la importancia de tomar acciones concretas para abordar la crisis de seguridad que enfrenta Guayaquil. «Hoy amanecimos con una noticia que duele profundamente. Han asesinado a un compañero municipal, un mensajero que tenía más de 20 años sirviendo a esta ciudad. A él y a su familia los mataron», escribió.
La violencia en Flor de Bastión, un sector conocido por su alta tasa de criminalidad, ha sido un tema recurrente en las discusiones sobre la seguridad en Guayaquil. La Policía encontró 25 vainas percutidas en el lugar del crimen, lo que indica la ferocidad del ataque. Las autoridades están investigando la posibilidad de que la familia haya sido víctima de extorsiones, ya que se ha informado que habían recibido amenazas, pero se negaron a ceder ante los delincuentes.
### La Respuesta del Alcalde y la Falta de Coordinación
Aquiles Alvarez no solo ha expresado su dolor por la pérdida de esta familia, sino que también ha hecho un llamado a la acción. En su mensaje, enfatizó que «no hay palabras para calmar este dolor, pero sí acciones». En un intento por ayudar a la familia sobreviviente, el alcalde anunció que la Empresa Pública de Acción Social y Educación del Municipio (Dase) se haría cargo de los gastos del sepelio. Sin embargo, su mensaje también incluyó un fuerte cuestionamiento hacia el Gobierno nacional, señalando la falta de coordinación en la lucha contra la inseguridad.
«Lo más triste es que los tweets se los lleva el algoritmo y pasan… los dolores quedan y dejan marcas. Mientras eso pasa, no hay coordinación con el gobierno para luchar contra la inseguridad en esta ciudad», afirmó Alvarez. Estas declaraciones reflejan la frustración de muchos ciudadanos que sienten que las autoridades no están haciendo lo suficiente para proteger a la población.
La situación en Guayaquil es crítica, y la inseguridad se ha convertido en una de las principales preocupaciones de los habitantes. La falta de recursos y la escasa colaboración entre las diferentes entidades gubernamentales han dificultado la implementación de estrategias efectivas para combatir el crimen organizado. La comunidad exige respuestas y soluciones, y el reciente asesinato de la familia Vega ha reavivado el clamor por una mayor seguridad.
Los vecinos de Flor de Bastión han manifestado su temor y preocupación ante la creciente ola de violencia. Muchos han expresado que se sienten desprotegidos y que la presencia policial es insuficiente para disuadir a los delincuentes. La situación se complica aún más por la falta de confianza en las autoridades, lo que ha llevado a algunos residentes a optar por medidas de seguridad privadas, aumentando así la sensación de inseguridad.
El crimen organizado ha encontrado en Guayaquil un terreno fértil para operar, y la comunidad se siente atrapada en un ciclo de violencia que parece no tener fin. Las autoridades deben actuar con urgencia para restaurar la confianza de los ciudadanos y garantizar su seguridad. La tragedia de la familia Vega es un recordatorio doloroso de que la lucha contra el crimen es una tarea que requiere un esfuerzo conjunto y coordinado entre todos los niveles de gobierno.
La situación en Guayaquil es un llamado a la acción para todos, desde las autoridades hasta los ciudadanos. La seguridad es un derecho fundamental, y es responsabilidad de todos trabajar juntos para construir un entorno más seguro y pacífico para las futuras generaciones.