Las intensas lluvias que han azotado la provincia de Pichincha en los últimos días han dejado un saldo alarmante de inundaciones y deslizamientos de tierra, afectando gravemente a varias comunidades. En particular, las localidades de Sangolquí y el norte de Quito han sido las más perjudicadas, lo que ha llevado a las autoridades a declarar estado de emergencia en algunas áreas. La situación se ha vuelto crítica, especialmente después de que una granizada previa causara daños significativos en Cayambe, lo que ha exacerbado los problemas de infraestructura y seguridad en la región.
**Inundaciones en Sangolquí y el Norte de Quito**
El 16 de octubre de 2025, el sistema integrado de seguridad Ecu911 reportó que el cantón Rumiñahui, donde se encuentra Sangolquí, sufrió el colapso de alcantarillas debido a las fuertes lluvias. Este colapso provocó que las calles se inundaran, arrastrando lodo y escombros, lo que dificultó el tránsito en varias vías. Las autoridades locales han restringido el acceso a las áreas más afectadas, mientras los equipos de emergencia trabajan para limpiar las calles y restablecer la normalidad.
Los sectores más impactados incluyen Selva Alegre, Colibrí y Cashapamba, donde la acumulación de agua ha generado serios inconvenientes para los residentes. Las imágenes de calles completamente cubiertas de agua han circulado en redes sociales, mostrando la magnitud de la crisis. Además, el Comité de Operaciones de Emergencia (COE) Metropolitano ha informado sobre un deslizamiento de tierra detrás de la Escuela de Pisulí, en el noroccidente de Quito, lo que ha llevado a la movilización de técnicos para evaluar el terreno y tomar medidas preventivas.
**Deslizamientos y Medidas de Emergencia**
La situación se complica aún más con la ocurrencia de deslizamientos de tierra en diferentes puntos de la provincia. La Prefectura de Pichincha ha señalado que un movimiento de masa afectó el acceso vehicular en la quebrada Chitahuaico, específicamente en el acceso secundario a Catzuquí de Moncayo. Este deslizamiento ha causado la pérdida total de la mesa de la vía, lo que ha dejado a muchos residentes aislados y sin acceso a servicios básicos.
El Instituto Nacional de Meteorología e Hidrología (Inamhi) había emitido alertas sobre lluvias de alta intensidad y tormentas eléctricas que se esperaban en gran parte del Ecuador durante la semana, lo que ha llevado a las autoridades a intensificar las medidas de prevención y respuesta. Se están realizando evaluaciones continuas del terreno para identificar áreas de riesgo y se han implementado estrategias para mitigar los efectos de las lluvias, como la colocación de plásticos en zonas vulnerables.
Las comunidades afectadas están recibiendo asistencia de los servicios de emergencia, que están trabajando arduamente para garantizar la seguridad de los residentes. Sin embargo, la magnitud de las lluvias y los deslizamientos ha puesto a prueba la capacidad de respuesta de las autoridades locales, quienes han instado a la población a mantenerse alerta y seguir las recomendaciones de seguridad.
Las lluvias no solo han causado daños materiales, sino que también han generado un impacto emocional significativo en los residentes de las áreas afectadas. Muchos han perdido sus hogares y pertenencias, lo que ha llevado a un aumento en la necesidad de ayuda humanitaria. Las organizaciones locales y nacionales están trabajando para proporcionar refugio y asistencia a quienes lo han perdido todo.
La situación en Pichincha es un recordatorio de la vulnerabilidad de las comunidades ante fenómenos climáticos extremos. A medida que las autoridades continúan evaluando los daños y trabajando en la recuperación, la población se enfrenta a un futuro incierto, con la esperanza de que las lluvias cesen y que se implementen medidas efectivas para prevenir desastres similares en el futuro. La colaboración entre el gobierno, las organizaciones no gubernamentales y la comunidad será crucial para superar esta crisis y reconstruir las áreas afectadas.
