La reciente decisión del Gobierno ecuatoriano de eliminar el subsidio al diésel ha generado un amplio debate sobre sus implicaciones económicas y sociales. Esta medida, que se implementará en 2025 y 2026, busca reducir el gasto público y reorientar los recursos hacia otros sectores. A continuación, se analizan los ahorros que se esperan y las compensaciones que se han anunciado para mitigar el impacto en los sectores más vulnerables.
**Ahorros Significativos para el Estado**
Según las proyecciones del Ministerio de Economía y Finanzas, el costo de mantener el subsidio al diésel en 2025 habría ascendido a USD 1.243 millones. Sin embargo, con la eliminación de este subsidio, el Gobierno prevé un ahorro de aproximadamente USD 424 millones en el primer año, ya que el gasto se reducirá a USD 819 millones, cifra que incluye las compensaciones económicas que se implementarán para diferentes grupos sociales.
Este ahorro es significativo, especialmente en un contexto donde el país enfrenta desafíos fiscales. Para 2026, se estima que el ahorro podría superar los USD 1.100 millones, lo que representa un incremento de USD 676 millones en comparación con el año anterior. Esta reducción en el gasto se debe a que las compensaciones son temporales y están diseñadas para aliviar el impacto inmediato de la eliminación del subsidio.
**Compensaciones para los Sectores Afectados**
El Gobierno ha anunciado un conjunto de medidas de compensación para mitigar el impacto de la eliminación del subsidio al diésel. Entre estas medidas se incluyen bonos y créditos a tasas preferenciales para transportistas y productores agropecuarios. Además, se ha previsto un aumento en el número de beneficiarios del Bono de Desarrollo Humano, que busca apoyar a las familias más vulnerables.
Las compensaciones son variadas y se estructuran de la siguiente manera:
– **Bonos para Transportistas**: Se ofrecerán bonos que oscilan entre USD 400 y USD 1.000, los cuales se entregarán durante un periodo de ocho meses, con la posibilidad de extenderse hasta un año.
– **Apoyo a Productores Agropecuarios**: Se implementará el bono ‘Raíces’, que otorgará un monto único de USD 1.000 a 100.000 productores agropecuarios.
– **Compensaciones Temporales**: Las ayudas para transportistas de carga pesada y el sector turístico se limitarán a tres meses, lo que refleja la naturaleza temporal de estas medidas.
El 15 de septiembre se inició la entrega de estos beneficios, y hasta el mediodía del lunes siguiente, se reportó que 1.665 transportistas ya habían recibido el primer bono. Asimismo, 70.000 productores agropecuarios accedieron al bono Raíces en la misma fecha.
Estas medidas son parte de un esfuerzo más amplio del Gobierno para reestructurar el gasto público y asegurar que los sectores más vulnerables no se vean desproporcionadamente afectados por la eliminación del subsidio al diésel.
**Desafíos y Expectativas**
A pesar de las medidas de compensación, la eliminación del subsidio al diésel plantea desafíos significativos. La dependencia de los combustibles subsidiados ha sido una constante en la economía ecuatoriana, y su eliminación podría generar un aumento en los costos de transporte y, por ende, en los precios de bienes y servicios.
Los transportistas y productores agropecuarios, que son algunos de los grupos más afectados, han expresado su preocupación por cómo estas medidas impactarán su capacidad para operar de manera sostenible. La incertidumbre sobre el futuro de las compensaciones y la duración de los beneficios también genera inquietud entre los beneficiarios.
El Gobierno, por su parte, ha enfatizado que estas medidas son necesarias para garantizar la sostenibilidad fiscal del país y que los ahorros generados se destinarán a áreas prioritarias como la educación y la salud. Sin embargo, la implementación efectiva de estas compensaciones será crucial para asegurar que los sectores más vulnerables no sufran un impacto negativo significativo.
En resumen, la eliminación del subsidio al diésel en Ecuador es una medida que busca generar ahorros significativos para el Estado, pero que también requiere de un manejo cuidadoso de las compensaciones para evitar que los sectores más afectados enfrenten dificultades adicionales. La forma en que se implementen estas medidas y la respuesta de la población serán determinantes en el éxito de esta política económica.