En un preocupante incidente ocurrido en Guayaquil, un derrame de aceite quemado y grasas ha afectado gravemente a la fauna local, especialmente a iguanas y aves. Este evento ha tenido lugar en el Estero Salado, una zona protegida que alberga una rica biodiversidad. Las autoridades locales y nacionales han iniciado un operativo de limpieza y rescate de animales afectados, mientras se investiga el origen del derrame.
El Estero Salado es conocido por ser un hábitat crucial para diversas especies de aves, anfibios, reptiles y peces. Sin embargo, el reciente derrame ha contaminado aproximadamente 1,5 kilómetros de este ecosistema, lo que ha generado una respuesta inmediata por parte del Municipio de Guayaquil y el Ministerio de Ambiente, Agua y Transición Ecológica. Isabel Tamariz, directora de Ambiente del Municipio, ha señalado que hasta el momento se han rescatado cinco animales contaminados, que han sido entregados al Ministerio para su evaluación y posible reubicación.
### Acciones de Limpieza y Rescate
Las labores de limpieza comenzaron el 3 de junio de 2025, con un equipo de vida silvestre trabajando en la zona afectada. Tamariz ha indicado que, aunque se han realizado esfuerzos significativos, aún hay muchos animales que podrían estar en peligro y que no han podido ser rescatados debido a la extensión del área contaminada. La Reserva de Producción Faunística Manglares El Salado, donde ocurrió el derrame, es un espacio vital para la conservación de la biodiversidad en la región.
El Municipio ha coordinado con el Ministerio de Ambiente para llevar a cabo la limpieza del líquido contaminante. Sin embargo, el origen del derrame aún no ha sido determinado, lo que añade un nivel de complejidad a la situación. La ministra de Ambiente, María Luisa Cruz, ha confirmado que se ha presentado una denuncia por el presunto delito contra la flora y fauna silvestres, y se ha activado el Fondo de Emergencia de Áreas Protegidas para financiar las acciones de limpieza y remediación necesarias.
Además, el Ministerio ha solicitado apoyo al Ministerio de Energía y Minas para obtener asistencia técnica y operativa de las operadoras del sector hidrocarburífero. También se ha implementado un monitoreo técnico permanente para evaluar los impactos ambientales en la zona afectada. Las autoridades están a la espera de los resultados de pruebas de agua realizadas por la Agencia de Regulación y Control del Agua (Arca), que se espera estén listas en un plazo de ocho días.
### Investigación y Responsabilidad
Mientras se llevan a cabo las labores de limpieza, el Municipio de Guayaquil también está realizando una investigación para identificar el punto de origen del derrame y a los posibles responsables. La ministra Cruz ha recorrido el Estero Salado para supervisar las acciones de contención y limpieza, que están siendo ejecutadas con el apoyo de guardaparques y empresas privadas.
La situación ha generado preocupación entre los habitantes de Guayaquil, quienes temen por la salud de la fauna local y el impacto a largo plazo en el ecosistema. La comunidad ha sido invitada a participar en las labores de limpieza y a reportar cualquier avistamiento de animales afectados. La colaboración entre las autoridades y la ciudadanía es crucial para mitigar los efectos de este desastre ambiental.
El Estero Salado no solo es un refugio para la vida silvestre, sino que también es un recurso importante para la comunidad local. La contaminación de este ecosistema podría tener repercusiones en la calidad de vida de los residentes, así como en la economía local, que depende en parte de la salud del medio ambiente.
Este incidente resalta la necesidad de una mayor vigilancia y protección de las áreas naturales en Guayaquil. La falta de regulación y control en el manejo de sustancias peligrosas puede llevar a situaciones como esta, que amenazan la biodiversidad y la salud pública. Las autoridades deben trabajar en conjunto para establecer medidas preventivas que eviten futuros derrames y protejan el patrimonio natural de la región.
La situación en el Estero Salado es un recordatorio de la fragilidad de nuestros ecosistemas y la importancia de la acción colectiva para su preservación. La comunidad, junto con las autoridades, debe unirse para asegurar que este tipo de incidentes no se repitan y que la biodiversidad de Guayaquil sea protegida para las futuras generaciones.