La reelección de Daniel Noboa ha generado un intenso debate en Ecuador, especialmente en torno a las promesas que realizó durante su campaña de 2023. Con un enfoque en la economía, la seguridad y la justicia, Noboa se presentó como un candidato dispuesto a implementar cambios significativos. Sin embargo, a medida que se acerca el cierre de su primer periodo, surge la pregunta: ¿realmente cumplió con lo que prometió? En este artículo, se examinarán 13 de sus principales ofrecimientos y se evaluará su estado actual.
### Promesas en el Ámbito Político y Judicial
Uno de los puntos más destacados de la campaña de Noboa fue su compromiso de convocar a una consulta popular en los primeros 100 días de su gobierno. Esta consulta tenía como objetivo realizar cambios en el sistema judicial y en las políticas de seguridad del país. Sin embargo, a pesar de la expectativa generada, la ejecución de esta promesa se ha alejado de lo que se había propuesto inicialmente. En lugar de una consulta amplia y participativa, las acciones del gobierno se han centrado en medidas más restrictivas y de control, lo que ha generado críticas sobre la falta de un enfoque inclusivo en la toma de decisiones.
El presidente Noboa también prometió una reforma integral en el sistema judicial, buscando mejorar la eficiencia y la transparencia. Sin embargo, hasta el momento, los avances en este ámbito han sido limitados. La percepción pública es que las reformas han sido más retóricas que efectivas, lo que ha llevado a un aumento en la desconfianza hacia las instituciones judiciales.
### Compromisos en Seguridad y Economía
En el ámbito de la seguridad, Noboa se comprometió a mejorar las condiciones del sistema penitenciario y a implementar estrategias que favorecieran la reintegración de los exconvictos en la sociedad. Durante su campaña, habló de ofrecer beneficios a los empleadores que decidieran contratar a estas personas. Sin embargo, una vez en el poder, el enfoque cambió drásticamente hacia una política de mano dura, encapsulada en el denominado «plan Fénix». Este enfoque ha sido criticado por su falta de atención a la rehabilitación y reintegración, lo que ha llevado a un aumento en la tensión social y a cuestionamientos sobre la efectividad de las medidas adoptadas.
En cuanto a la economía, Noboa prometió beneficios tributarios, mejoras en los salarios y pensiones, así como la reducción de tarifas de electricidad y la eliminación de apagones. Sin embargo, la realidad ha sido diferente. La gestión económica del gobierno ha enfrentado desafíos significativos, y muchos de los ofrecimientos iniciales han quedado en el papel. La población ha sentido el impacto de una economía estancada, con un aumento en el costo de vida y una falta de mejoras tangibles en sus condiciones laborales.
Los ciudadanos esperaban que las promesas de cambios profundos se tradujeran en acciones concretas, pero el descontento ha crecido a medida que las expectativas no se han cumplido. La falta de medidas efectivas para abordar la inflación y el desempleo ha llevado a un clima de incertidumbre, lo que ha afectado la percepción pública sobre la capacidad del gobierno para gestionar la economía del país.
### La Evaluación de las Promesas: Un Balance Crítico
A medida que se acerca el final del periodo presidencial, es crucial evaluar el cumplimiento de las promesas realizadas por Noboa. La falta de avances significativos en áreas clave como la justicia, la seguridad y la economía ha generado un clima de desconfianza entre los ciudadanos. Las expectativas que se habían creado durante la campaña se han visto frustradas por la realidad de la gestión gubernamental.
La situación actual plantea interrogantes sobre el futuro del gabinete de Noboa y su capacidad para implementar cambios necesarios en su segundo mandato. La presión social por resultados tangibles es cada vez mayor, y la ciudadanía está atenta a cómo el presidente abordará estas preocupaciones en los próximos meses.
En resumen, la reelección de Daniel Noboa ha traído consigo una serie de promesas que, hasta ahora, han sido difíciles de cumplir. La evaluación de su primer periodo presidencial revela un contraste entre las expectativas generadas y la realidad de su gestión. A medida que el país avanza hacia un nuevo ciclo electoral, será fundamental que el presidente y su equipo respondan a las demandas de la población y trabajen para restaurar la confianza en las instituciones y en el liderazgo del país.