Las calles de Otavalo, un importante centro comercial en Ecuador, han vuelto a cobrar vida tras un mes de inactividad debido a un paro convocado por la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie). Este regreso a la actividad, que tuvo lugar el 23 de octubre de 2025, se ha visto marcado por una mezcla de alegría y preocupación entre los comerciantes, quienes enfrentan un panorama complicado tras semanas de cierre.
La reactivación de los negocios ha sido recibida con entusiasmo por parte de los comerciantes, quienes ven en la apertura de sus locales una oportunidad para recuperar lo perdido. “Damos gracias a Dios porque seguimos con vida y tenemos la oportunidad de volver a salir adelante”, expresó una comerciante de ropa y calzado. Sin embargo, a pesar de la alegría de volver a atender a los clientes, la realidad es que muchos de ellos enfrentan deudas acumuladas y la incertidumbre sobre cómo cumplir con sus obligaciones financieras.
### La Realidad Económica de los Comerciantes
Durante el mes de paro, muchos comerciantes se vieron obligados a buscar alternativas para sobrevivir. Algunos lograron sortear la crisis gracias a lo que producían en sus terrenos o a los alimentos que tenían almacenados. “Todos tenemos créditos. Ojalá nos den un respiro. No es que no queramos pagar, pero necesitamos tiempo”, comentó una comerciante, reflejando la angustia que sienten muchos en la comunidad.
La situación no es fácil. A pesar de que los locales han reabierto, el flujo de clientes es aún bajo. Una trabajadora de una heladería relató que durante las protestas, su negocio operaba “a medias”, abriendo solo parcialmente para evitar problemas. Ahora, aunque puede abrir sin miedo, las ventas siguen siendo insuficientes para cubrir los gastos. “El jefe dijo que solo nos pagará los días que alcancemos a trabajar”, comentó una joven empleada, evidenciando la precariedad en la que se encuentran muchos trabajadores.
La incertidumbre económica se extiende a todos los rincones de Otavalo. Los comerciantes están preocupados por el pago de arriendos, proveedores y otros gastos que no esperan. Un encargado de una tienda de electrodomésticos expresó: “Tenemos que pagar arriendo, proveedores, créditos. Todos estamos complicados. Pero lo importante es volver a abrir y empezar otra vez”. Esta necesidad de reactivación económica es vital no solo para los negocios, sino también para la comunidad en general, que depende de la actividad comercial para su sustento.
### La Esperanza de un Futuro Mejor
A pesar de los desafíos, los comerciantes de Otavalo muestran una resiliencia admirable. La ciudad, que ha sido epicentro de las protestas en la provincia de Imbabura, intenta recomponer su economía mientras los negocios retoman sus actividades. La mezcla de alegría por la reapertura y la preocupación por las deudas acumuladas es palpable en el ambiente.
“Nos ha tocado levantarnos muchas veces, y esta no será la excepción”, dijo una comerciante, encapsulando el espíritu de lucha que caracteriza a la comunidad. La esperanza de un futuro mejor se mantiene viva, y aunque el camino por delante es incierto, la voluntad de los otavaleños de seguir adelante es inquebrantable.
Además, la Ministra de Gobierno ha anunciado que el IVA en Imbabura bajará al 8% en los próximos días, lo que podría ofrecer un alivio adicional a los comerciantes y fomentar un aumento en las ventas. Esta medida es vista como un paso positivo hacia la recuperación económica de la región, aunque muchos aún se preguntan si será suficiente para cubrir las pérdidas sufridas durante el paro.
La reactivación de Otavalo es un claro reflejo de la lucha y la determinación de su gente. A medida que los comerciantes abren nuevamente sus puertas, la ciudad comienza a sanar sus heridas y a reconstruir la confianza perdida. La comunidad se une en un esfuerzo colectivo para superar los obstáculos y mirar hacia un futuro más prometedor, donde la actividad comercial no solo sea un medio de subsistencia, sino también un símbolo de resistencia y esperanza.