La proforma presupuestaria presentada por el Gobierno ecuatoriano para el año 2025 ha generado un amplio debate sobre el futuro económico del país. Con un costo total de subsidios que asciende a USD 7.915 millones, se espera que esta cifra tenga un impacto significativo en las finanzas públicas. Entre los subsidios más destacados se encuentran los destinados a la seguridad social y los combustibles, que representan una parte crucial del gasto estatal. A continuación, se analizan los principales componentes de esta proforma y sus implicaciones para la economía ecuatoriana.
### Subsidios a la Seguridad Social: Un Costo Elevado
Uno de los aspectos más relevantes de la proforma presupuestaria es el monto asignado a los subsidios de seguridad social. De los USD 7.915 millones, USD 3.368 millones se destinarán a las entidades de seguridad social, siendo el Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS) el principal receptor con USD 2.666 millones. Este monto es superior al destinado a subsidios de combustibles, lo que refleja la prioridad del gobierno en garantizar el bienestar de los jubilados y afiliados.
El IESS, que se encarga de administrar las pensiones y seguros de salud de millones de ecuatorianos, recibirá la mayor parte de estos fondos para cumplir con la contribución estatal del 40% a las pensiones de los jubilados. Este porcentaje es fundamental para asegurar que los beneficiarios reciban sus pagos a tiempo y en su totalidad. Además, el IESS también destinará parte de estos recursos a otros programas sociales, como el subsidio para amas de casa y el financiamiento del seguro social campesino.
Por otro lado, el Instituto de Seguridad Social de las Fuerzas Armadas (Issfa) y el Instituto de Seguridad Social de la Policía (Isspol) recibirán USD 449 millones y USD 252 millones, respectivamente. Estos subsidios son igualmente importantes, ya que garantizan la protección social de los miembros de las fuerzas armadas y de la policía, quienes desempeñan un papel crucial en la seguridad del país.
### Cambios en los Subsidios a Combustibles: Un Enfoque Focalizado
Los subsidios a los combustibles han sido un tema controvertido en Ecuador, especialmente debido a las protestas que han surgido en respuesta a intentos de eliminación o reducción de estos beneficios. En la proforma de 2025, se prevé que los subsidios a combustibles costarán USD 2.504 millones, lo que representa una disminución de USD 588,67 millones en comparación con el año anterior. Esta reducción se debe a la implementación de un nuevo esquema de subsidios que busca focalizar los recursos de manera más eficiente.
El gobierno ha introducido un sistema de bandas que ajusta los precios de las gasolinas de acuerdo con el precio internacional del petróleo. Aunque este sistema permite cierta flexibilidad en los precios, aún se mantienen subsidios parciales, lo que significa que los consumidores no experimentarán un aumento total en los precios. Sin embargo, se espera que el subsidio más significativo en 2025 sea el destinado al gas de uso doméstico, con un gasto proyectado de USD 870 millones, lo que representa un aumento respecto al año anterior. Este incremento refleja la intención del gobierno de proteger a las familias ecuatorianas, especialmente aquellas en situación de vulnerabilidad, que dependen del gas para cocinar y calentar sus hogares.
El subsidio al diésel también se ha ajustado, con una proyección de USD 1.194 millones para 2025, lo que representa una disminución respecto a los USD 1.506 millones estimados para 2024. Este ajuste es parte de un esfuerzo más amplio por parte del gobierno para reducir el gasto público y mejorar la sostenibilidad fiscal del país.
### Bonos Sociales y Transferencias a la Población Vulnerable
Además de los subsidios a la seguridad social y a los combustibles, la proforma presupuestaria también contempla una asignación significativa para bonos sociales y transferencias a la población vulnerable. Se destinarán USD 1.370,6 millones a bonos sociales permanentes y USD 256,2 millones a beneficios temporales. Estos programas son esenciales para apoyar a las familias de bajos ingresos y garantizar que tengan acceso a recursos básicos.
La implementación de estos bonos es una respuesta directa a la creciente necesidad de asistencia social en un contexto económico desafiante. La pandemia de COVID-19 y la crisis económica posterior han exacerbado la situación de muchas familias, lo que hace que estos subsidios sean aún más críticos. El gobierno ha reconocido la importancia de mantener estos programas para asegurar que los ciudadanos más vulnerables no queden desprotegidos.
En resumen, la proforma presupuestaria de 2025 refleja un enfoque estratégico del gobierno ecuatoriano para gestionar los subsidios de manera más eficiente, priorizando la seguridad social y la protección de los sectores más vulnerables. A medida que el país avanza hacia un futuro incierto, la forma en que se manejen estos subsidios será crucial para la estabilidad económica y social de Ecuador.