El Festival Internacional de Cine de Venecia, uno de los eventos cinematográficos más prestigiosos del mundo, ha comenzado su 82ª edición en un contexto marcado por la controversia y la protesta. Este año, el festival no solo destaca por la presencia de grandes estrellas de Hollywood, sino también por la fuerte carga política que rodea a la celebración, especialmente en relación con el conflicto en Gaza.
**Un Festival en Medio de la Controversia**
La inauguración del festival tuvo lugar el 27 de agosto de 2025, y desde el primer momento, la atmósfera estuvo impregnada de tensiones. La guerra entre Israel y Palestina ha sido un tema candente, y muchos artistas y activistas han utilizado la plataforma del festival para alzar sus voces. Alberto Barbera, director del festival, se pronunció en contra de la censura, defendiendo la libertad de expresión en el ámbito artístico. «La Bienal es la principal institución cultural italiana, un lugar de apertura y debate que no ejerce censura alguna sobre nadie», afirmó Barbera, en respuesta a las solicitudes de retirar la invitación a ciertos artistas por su relación con el conflicto.
Entre las películas que se presentarán, destaca la ecuatoriana ‘Hiedra’, dirigida por Ana Cristina Barragán, que se proyectará en este festival. La película aborda temas profundos sobre la maternidad y la identidad, y se suma a una lista de 21 filmes que competirán por el codiciado León de Oro. Este año, el festival también se caracteriza por una notable representación femenina, con seis de las películas en competencia dirigidas por mujeres.
**Estrellas en la Alfombra Roja**
La alfombra roja del festival se ha convertido en un espectáculo deslumbrante, donde celebridades como Julia Roberts, George Clooney, Cate Blanchett y Adam Driver han desfilado ante las cámaras. Clooney, quien protagoniza ‘Jay Kelly’, una película que explora la crisis de identidad de un actor, ha sido uno de los rostros más esperados en esta edición. La inauguración del festival estuvo marcada por la proyección de ‘La grazia’, una obra del aclamado director Paolo Sorrentino, que aborda dilemas morales en la política italiana.
Sin embargo, el glamour de la alfombra roja contrasta con la realidad que se vive fuera del recinto. Activistas han organizado protestas para llamar la atención sobre la situación en Gaza, con pancartas que exigen un alto al genocidio y la liberación de Palestina. Giulia Cacopardo, una de las manifestantes, expresó la necesidad de aprovechar la visibilidad del festival para cambiar el enfoque hacia la crisis humanitaria en la región.
El festival no solo es un escaparate de cine, sino también un espacio de reflexión sobre temas sociales y políticos. La película ‘The Voice of Hind Rajab’, de la directora francotunecina Kaouther Ben Hania, se centra en la historia real de una niña palestina asesinada, lo que añade una capa de urgencia y relevancia a la programación del festival.
**La Representación Latinoamericana**
Este año, el Festival de Cine de Venecia también destaca por la fuerte presencia de cineastas latinoamericanos. De los 12 filmes con producción de la región, la mitad están dirigidos por mujeres, lo que refleja un avance significativo en la representación femenina en la industria cinematográfica. Entre las directoras se encuentra la argentina Lucrecia Martel, quien presenta el documental ‘Nuestra tierra’, y la ecuatoriana Ana Cristina Barragán, cuya película ‘Hiedra’ ha generado gran expectativa.
Además, las directoras venezolanas Mariana Rondón y la peruana Marité Ugás han colaborado en ‘La hija de la española’, una adaptación de la novela homónima de Karina Sainz Borgo. A pesar de la notable participación de cineastas latinoamericanas, no hay producciones de la región en la competencia oficial, lo que plantea preguntas sobre la inclusión y la representación en uno de los festivales más importantes del mundo.
La Mostra de Venecia se ha consolidado como un espacio donde el cine no solo se celebra, sino que también se utiliza como una herramienta para abordar problemáticas sociales. La combinación de estrellas, cine de calidad y un contexto político tenso hace de esta edición del festival un evento memorable y significativo. La atención del mundo está puesta en Venecia, donde el cine y la política se entrelazan en un diálogo que trasciende la pantalla.