En el contexto del conflicto armado colombiano, el Estado Mayor Central (EMC) se ha convertido en una de las facciones más relevantes y temidas de las disidencias de las FARC. Este grupo ha estado en el centro de la atención mediática tras varios atentados recientes en Cali, que han dejado un saldo trágico de víctimas y han puesto en jaque los esfuerzos de paz del actual gobierno. A continuación, se exploran las características del EMC, su estructura y los retos que enfrenta el gobierno colombiano para negociar con ellos.
### Orígenes y Estructura del Estado Mayor Central
El EMC se formó como una respuesta a la desmovilización de las FARC tras el acuerdo de paz de 2016. Este grupo se compone de antiguos guerrilleros que rechazaron el pacto y decidieron continuar con la lucha armada. Desde su creación, el EMC ha experimentado una ruptura interna, lo que ha complicado aún más su estructura organizativa. Según expertos, el EMC se ha consolidado como una instancia de toma de decisiones que agrupa a diversas facciones disidentes, lo que les otorga una mayor capacidad de maniobra en el terreno.
En términos de fuerza, se estima que el EMC cuenta con aproximadamente 3,500 combatientes, quienes están involucrados en actividades ilícitas como el narcotráfico y la minería ilegal. Estas actividades les proporcionan recursos económicos significativos, lo que les permite mantener su operatividad y expandir su influencia en regiones estratégicas de Colombia, especialmente en las fronteras con Venezuela y Ecuador.
### La Resistencia a la Negociación
A pesar de los intentos del gobierno de Gustavo Petro por establecer un diálogo con el EMC, los avances han sido limitados. Uno de los principales obstáculos es la falta de unidad dentro del grupo. Las diferentes facciones que componen el EMC no siempre comparten los mismos objetivos ni tienen la misma capacidad operativa, lo que dificulta cualquier intento de negociación. Además, el EMC ha demostrado una notable resiliencia, fortaleciendo su posición en el contexto de un gobierno que busca implementar una política de «paz total».
El presidente Petro ha señalado que la falta de avances en las negociaciones se debe a la fragmentación del EMC y a la complejidad de sus estructuras internas. A pesar de los ceses al fuego pactados, las facciones del EMC han continuado llevando a cabo ataques, lo que ha generado un clima de desconfianza y ha complicado aún más el proceso de paz. La violencia en Colombia, en gran parte, se ha intensificado entre estos grupos armados, lo que ha llevado a un aumento en el desplazamiento forzado y otras violaciones de derechos humanos.
### El Rol de Iván Mordisco
Iván Mordisco, considerado el líder del EMC, ha sido una figura central en la narrativa del conflicto actual. Su supuesta muerte en 2022 fue anunciada por el gobierno anterior, pero su reaparición en un video meses después generó confusión y dudas sobre su compromiso con el proceso de paz. Mordisco ha sido acusado de ser el responsable de los recientes atentados en Cali, lo que ha llevado al gobierno a intensificar sus esfuerzos para desmantelar su estructura.
La figura de Mordisco es emblemática de la complejidad del conflicto colombiano. Con más de 20 años de experiencia en las FARC, su trayectoria le ha otorgado una legitimidad que lo hace difícil de ignorar en cualquier proceso de negociación. Sin embargo, su liderazgo también ha sido cuestionado, ya que se reconoce que solo tiene control sobre aproximadamente el 50% de las tropas del EMC, lo que plantea interrogantes sobre la efectividad de cualquier acuerdo que se intente alcanzar.
### Implicaciones para el Futuro de la Paz en Colombia
La situación actual del EMC y su resistencia a la negociación plantean serios desafíos para el futuro de la paz en Colombia. El gobierno de Petro ha manifestado su intención de clasificar a estas disidencias como organizaciones terroristas, lo que podría cambiar la dinámica de las negociaciones y aumentar la presión sobre el EMC. Sin embargo, esta estrategia también podría llevar a un aumento de la violencia, ya que los grupos armados podrían intensificar sus acciones en respuesta a la criminalización.
La complejidad del conflicto colombiano radica en la multiplicidad de actores involucrados y en la interrelación entre ellos. La violencia no solo se presenta entre el Estado y los grupos armados, sino también entre las propias facciones, lo que dificulta la implementación de una paz duradera. La política de «paz total» del gobierno busca abordar esta complejidad, pero los resultados hasta ahora han sido limitados.
En resumen, el Estado Mayor Central representa un desafío significativo para el proceso de paz en Colombia. Su estructura interna, la figura de Iván Mordisco y la resistencia a la negociación son elementos que complican la búsqueda de una solución pacífica al conflicto. A medida que el gobierno continúa sus esfuerzos por establecer un diálogo, la situación en el terreno seguirá siendo volátil y llena de incertidumbres.