Ecuador se encuentra en una encrucijada financiera, con la necesidad de asegurar USD 3.000 millones en bonos en el mercado internacional para el año 2026. Este movimiento es parte de una estrategia más amplia para abordar el creciente déficit fiscal y financiar proyectos de inversión cruciales. La ministra de Finanzas, Sariha Moya, ha destacado la importancia de diversificar las fuentes de financiamiento, buscando tanto prestamistas internacionales como locales para cubrir las necesidades del país.
### La Necesidad de Endeudamiento y el Déficit Fiscal
Cada año, Ecuador enfrenta un desafío significativo en la gestión de su presupuesto. Los ingresos del Estado, que provienen principalmente de impuestos y ventas de petróleo, no son suficientes para cubrir los gastos necesarios, que incluyen sueldos de funcionarios y servicios esenciales como educación, salud y seguridad. Este desbalance se traduce en un déficit fiscal, que para 2026 se proyecta en USD 5.413 millones.
Para abordar este déficit, el país planea obtener un total de USD 7.299 millones en préstamos internacionales, lo que representa el 56% de la financiación esperada. El resto, USD 5.700 millones, provendría de prestamistas locales. La mayoría de los préstamos internacionales se espera que provengan de organismos multilaterales, como el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
De los USD 3.000 millones que se espera recaudar a través de la emisión de bonos, estos fondos serían de libre disponibilidad, lo que significa que el gobierno podría utilizarlos para cubrir cualquier necesidad del presupuesto. Sin embargo, esta emisión de bonos no se ha realizado desde julio de 2020, lo que plantea interrogantes sobre la capacidad del gobierno para concretar esta estrategia.
### Desafíos en la Obtención de Préstamos Internacionales
Los préstamos internos son generalmente más fáciles de asegurar, ya que están respaldados por instituciones como el Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS), que compra bonos del Estado. Sin embargo, los préstamos externos presentan un conjunto diferente de desafíos. Para acceder a los USD 1.333 millones del FMI en 2026, Ecuador debe cumplir con ciertas metas establecidas en el acuerdo firmado en 2024. Estas metas incluyen la reducción del gasto público y la auditoría de los estados financieros de Petroecuador, entre otras.
Uno de los principales obstáculos para la emisión de los USD 3.000 millones en bonos es la percepción del riesgo país. Actualmente, Ecuador tiene un riesgo país de 693 puntos, lo que implica que los mercados internacionales son escépticos sobre la capacidad del país para cumplir con sus obligaciones de deuda. Este riesgo elevado se traduce en tasas de interés más altas, lo que complica aún más la situación financiera del país. La ministra Moya ha señalado que la meta es reducir el riesgo país a entre 300 y 400 puntos para facilitar la emisión de deuda en bonos.
La situación es crítica, ya que en 2026 comenzarán a aumentar los pagos de otros bonos emitidos en 2020. La obtención de estos nuevos recursos es vital para cumplir con esos compromisos. Fabián Carrillo, ex viceministro de Finanzas, ha enfatizado que asegurar los USD 3.000 millones es crucial para la estabilidad financiera del país en el futuro cercano.
### Proyecciones y Estrategias Futuras
A medida que Ecuador se prepara para el 2026, es evidente que la estrategia de financiamiento debe ser multifacética. La combinación de préstamos internos y externos, junto con la emisión de bonos, es esencial para cubrir el déficit fiscal y financiar proyectos de inversión. Sin embargo, el gobierno debe trabajar en la mejora de su imagen ante los inversores internacionales, lo que implica la implementación de políticas fiscales responsables y la transparencia en la gestión de recursos.
Además, la colaboración con organismos multilaterales será fundamental para asegurar los fondos necesarios. La experiencia de otros países que han navegado por situaciones similares puede ofrecer lecciones valiosas para Ecuador en su camino hacia la estabilidad financiera. La clave estará en la capacidad del gobierno para cumplir con los compromisos asumidos y demostrar que es un prestatario confiable en el mercado internacional.
En resumen, Ecuador enfrenta un panorama financiero complejo, pero con una estrategia bien definida y el compromiso de cumplir con las metas establecidas, el país puede encontrar el camino hacia una recuperación económica sostenible.
