Ecuador se encuentra en un momento crucial en su camino hacia el Mundial 2026, y su director técnico, Sebastián Beccacece, ha compartido sus pensamientos sobre el proceso de preparación del equipo. En una reciente entrevista, Beccacece habló sobre la importancia de disfrutar el proceso, la necesidad de una selección fuerte y flexible, y su visión para el futuro del fútbol ecuatoriano.
### La mentalidad de un líder
Beccacece ha enfatizado que su objetivo es llevar a Ecuador a pasar los octavos de final del Mundial 2026. Para lograrlo, considera esencial que el equipo esté bien preparado y que cada jugador se sienta pleno en su club. «Lo importante es que el futbolista se pueda sentir pleno donde está. Si juega, se siente más pleno», afirmó. Esto refleja su enfoque en la salud mental y emocional de los jugadores, lo cual es fundamental para el rendimiento en el campo.
El entrenador también ha mencionado que la distancia y la liga en la que juegan los futbolistas no son impedimentos para su inclusión en la selección. «La distancia no es un impedimento, la liga tampoco es un impedimento», aseguró, destacando que lo que realmente importa es el rendimiento y la dedicación de cada jugador.
Además, Beccacece ha abordado la controversia sobre la no inclusión de Moisés Caicedo y Willian Pacho en la lista de nominados al Balón de Oro, afirmando que su valor como jugadores no depende de premios individuales. «No necesito que estén en una premiación para valorar, reconocer y admirar su recorrido y trayectoria», comentó, subrayando su compromiso con el desarrollo y el crecimiento de sus futbolistas.
### Preparación y expectativas para el Mundial
Con la clasificación al Mundial asegurada, Beccacece ha cambiado su enfoque hacia la planificación y la preparación del equipo. «No minimicemos el hecho de ir a un Mundial, porque es el quinto en la historia del Ecuador y hay que valorarlo», expresó. A pesar de la emoción que rodea al evento, el entrenador enfatiza la importancia de concentrarse en el presente y no dejarse llevar por la anticipación del futuro.
«Si desviamos la atención y pensamos en junio 2026 y nos perdemos este presente, automáticamente nos estamos condenando», advirtió. Este enfoque pragmático es clave para mantener la moral y la motivación del equipo mientras se preparan para enfrentar a rivales difíciles como Paraguay y Argentina en las eliminatorias.
Beccacece también ha hablado sobre la importancia de aprender de experiencias pasadas, como la derrota ante Senegal en el Mundial de Qatar. «Este equipo ha demostrado que ha evolucionado, ha madurado y que se va preparando con la información que deja cada juego», afirmó, destacando que cada partido es una oportunidad de aprendizaje.
El entrenador se muestra optimista sobre la calidad de la generación actual de futbolistas ecuatorianos, aunque evita comparaciones con generaciones pasadas. «Estoy a gusto con esta generación, pero a la otra no la conocí. No sé si soy la persona indicada para hablar de eso», reflexionó. Su enfoque se centra en el presente y en cómo cada jugador puede contribuir al éxito del equipo.
Con el Mundial a la vista, Beccacece se prepara para enfrentar los desafíos que vendrán. La concentración del equipo, la gestión de la presión y la creación de un ambiente positivo son aspectos que considera fundamentales. «Trato de trabajar mucho ese espacio de conciencia colectiva y de coherencia, en el cual todo lo que hagamos puede favorecer o perjudicar al colectivo», explicó, resaltando la importancia de la unidad y el trabajo en equipo.
A medida que Ecuador se acerca al Mundial 2026, la visión de Beccacece es clara: construir un equipo que no solo aspire a competir, sino que también celebre el hecho de representar a su país en el escenario más grande del fútbol. Su enfoque en el disfrute del juego y la creatividad es un recordatorio de que, aunque la presión es alta, el fútbol debe ser también una fuente de alegría y pasión.
