La reciente decisión de la Corte Constitucional de Ecuador ha dado luz verde a una consulta popular que podría cambiar el rumbo del país. La presidenta del Consejo Nacional Electoral (CNE), Diana Atamaint, ha confirmado que se ha recibido un dictamen favorable para llevar a cabo esta consulta, que se unificará con un referendo programado para el 16 de noviembre de 2025. Este proceso electoral, que tiene un costo estimado de 59 millones de dólares, permitirá a los ciudadanos decidir sobre la creación de una nueva Asamblea Constituyente y otros temas relevantes para el futuro del país.
### Contexto de la Consulta Popular
La consulta popular se enmarca en un contexto político donde el actual presidente, Daniel Noboa, ha impulsado la necesidad de una nueva Asamblea Constituyente. Este paso se considera crucial para abordar las inquietudes de la ciudadanía sobre la Constitución vigente, que data de 2008. En una reciente entrevista, Atamaint destacó que la pregunta que se someterá a votación es clara: “¿Está usted de acuerdo en que se convoque e instale una Asamblea Constituyente, cuyos representantes sean elegidos por el pueblo ecuatoriano, de acuerdo con las reglas electorales previstas en el Estatuto Constituyente adjunto, para elaborar una nueva Constitución de la República, la cual entrará en vigencia únicamente si es aprobada posteriormente por las y los ecuatorianos en referéndum?”
Este enfoque busca involucrar a la población en la toma de decisiones sobre su futuro constitucional, permitiendo que sean ellos quienes decidan si desean o no una nueva constitución. La presidenta del CNE enfatizó que este proceso no implica que la Asamblea Constituyente ya esté en marcha, sino que es un primer paso para consultar a la ciudadanía sobre su deseo de avanzar en esta dirección.
### Detalles del Proceso Electoral
El proceso electoral está diseñado para ser eficiente y transparente. Según Atamaint, el calendario electoral fue aprobado el 21 de septiembre de 2025, y ya se están realizando los preparativos necesarios para la votación. Esto incluye el diseño de las papeletas que contendrán las preguntas del referendo y la consulta popular. La presidenta del CNE también subrayó la importancia de no desestimar las preguntas del referendo, ya que estas afectan directamente a la Constitución actual.
Además de la consulta sobre la Asamblea Constituyente, los ciudadanos también votarán sobre otros temas críticos, como la instalación de bases militares extranjeras en el país y el financiamiento de partidos políticos. Estos asuntos han generado un amplio debate en la sociedad ecuatoriana, y su inclusión en el referendo refleja la intención del gobierno de abordar múltiples inquietudes de la ciudadanía en un solo evento electoral.
La propuesta de Noboa incluye la elección de 80 asambleístas para la nueva Asamblea Constituyente, lo que ha suscitado diversas opiniones en la población. Algunos ven esto como una oportunidad para reformar aspectos fundamentales del sistema político, mientras que otros expresan su preocupación sobre la viabilidad y el costo de un nuevo proceso constituyente.
### Implicaciones para el Futuro Político del País
La posibilidad de una nueva Asamblea Constituyente podría tener profundas implicaciones para el futuro político de Ecuador. Si la ciudadanía decide avanzar en esta dirección, se abriría un espacio para discutir y potencialmente reformar aspectos clave de la gobernanza, derechos ciudadanos y la estructura del Estado. Esto podría incluir la revisión de derechos fundamentales, la distribución del poder y la representación política.
Sin embargo, también existen retos significativos. La polarización política en el país podría complicar el proceso, y la implementación de una nueva constitución requeriría un consenso amplio entre diferentes sectores de la sociedad. La historia reciente de Ecuador ha estado marcada por tensiones políticas y sociales, lo que hace que el éxito de este proceso dependa en gran medida de la capacidad del gobierno y de las instituciones para facilitar un diálogo constructivo.
La consulta popular y el referendo programados para noviembre representan una oportunidad única para que los ecuatorianos se expresen sobre su futuro. A medida que se acercan las fechas de votación, la atención se centrará en cómo se desarrollará el debate público y qué decisiones tomarán los ciudadanos en este crucial momento de su historia política.