La reciente alerta de tsunami en Ecuador ha generado una gran preocupación entre los residentes de las Islas Galápagos y las costas continentales del país. Esta emergencia fue provocada por un potente terremoto de 8,8 grados de magnitud que ocurrió en Rusia, lo que llevó a las autoridades ecuatorianas a activar protocolos de evacuación y seguridad para proteger a la población.
La alerta se emitió en la mañana del 30 de julio de 2025, y las primeras olas se esperaban en las Galápagos entre las 09:48 y 10:00 hora local. En respuesta a esta situación, el Consejo de Gobierno de Galápagos instó a la población a mantener la calma y seguir las instrucciones de las autoridades. A las 07:30 de ese mismo día, se inició la evacuación de las personas que se encontraban en zonas vulnerables, con un total de aproximadamente 2.330 evacuados en la región.
### Impacto del Terremoto y Respuesta de las Autoridades
El terremoto en Rusia no solo generó una alerta inmediata en Ecuador, sino que también puso de manifiesto la importancia de la preparación ante desastres naturales en el país. El Instituto Oceanográfico de la Armada del Ecuador (Inocar) fue el encargado de emitir los boletines informativos sobre la situación del tsunami. En su séptimo boletín, publicado a la 1:40 p.m., Inocar canceló la alerta de tsunami, afirmando que las ondas generadas por el terremoto ya habían pasado y que no existía una amenaza mayor. Sin embargo, advirtieron que algunas costas podrían experimentar pequeñas fluctuaciones en el nivel del mar durante varias horas más.
A pesar de la cancelación de la alerta, el Comité de Operaciones de Emergencia (COE) provincial de Galápagos decidió suspender todas las actividades marítimas y recreativas en las costas y playas hasta las 23:59 del 30 de julio. Esta medida fue tomada para garantizar la seguridad de los ciudadanos y evitar cualquier riesgo potencial que pudiera surgir de la situación.
La evacuación y la respuesta rápida de las autoridades fueron fundamentales para asegurar la seguridad de los habitantes y turistas en las islas. En Santa Elena, Manabí y Esmeraldas, las actividades pesqueras y comerciales se suspendieron, y los negocios cercanos al mar cerraron sus puertas. Los pescadores no pudieron realizar sus faenas, y los turistas se vieron obligados a permanecer en sus hoteles hasta que se evaluara la situación.
### Situación en las Islas Galápagos
Las Islas Galápagos, un archipiélago conocido por su biodiversidad única, se vieron particularmente afectadas por la alerta de tsunami. En la isla Isabela, el alcalde y el personal de la Armada informaron a los evacuados sobre el comportamiento irregular del mar, que se caracterizaba por una marea que subía y bajaba de forma constante. Las autoridades locales pusieron a disposición volquetas para trasladar a los evacuados a zonas seguras, como San Vicente.
En la isla Santa Cruz, se observó un descenso del nivel del mar, lo que generó cierta tranquilidad entre los residentes. La Armada del Ecuador comunicó que este comportamiento es típico en ciertos eventos de tsunami y podría indicar que la energía del fenómeno se había disipado. Sin embargo, se mantuvo la prohibición de acceso a las playas y la realización de actividades marítimas hasta que se considerara seguro.
Los centros científicos de conservación y estudio en la isla Santa Cruz también cerraron sus puertas como medida de precaución, mientras que las autoridades continuaron monitoreando la situación para evaluar posibles afectaciones a las especies locales.
La situación en Galápagos y las costas ecuatorianas es un recordatorio de la vulnerabilidad de la región ante desastres naturales. La rápida respuesta de las autoridades y la cooperación de la población son esenciales para mitigar los riesgos y garantizar la seguridad de todos. A medida que las actividades comienzan a reanudarse de manera progresiva, la comunidad se enfrenta al desafío de recuperarse de esta emergencia y prepararse para futuros eventos similares.