La noche del 18 de junio de 2025, Ecuador volvió a ser sacudido por un sismo que tuvo su epicentro en la provincia de Napo, en la Amazonía. Este movimiento telúrico, de magnitud 4,2, se registró a las 20:06 y fue sentido en seis cantones de tres provincias: Napo, Pichincha y Tungurahua. La Secretaría Nacional de Gestión de Riesgos confirmó que el temblor se localizó a una profundidad de 10 km, aproximadamente a 38,51 km al noroccidente de Tena, la capital de Napo. Este evento sísmico se suma a una serie de temblores que han afectado la región en menos de 48 horas, siendo el quinto en este corto periodo de tiempo.
Los cantones que reportaron haber sentido el sismo incluyen Tena, Archidona, Quijos, Quito, Mejía y Patate. Sin embargo, usuarios en redes sociales también mencionaron que el temblor fue percibido en ciudades más alejadas como Ambato y Baños de Agua Santa. Este último, junto con otros cantones, ya había experimentado un sismo de mayor magnitud, 4,8, el lunes 17 de junio, lo que ha generado preocupación entre los habitantes de la región.
### Causas de la Actividad Sísmica en Napo
La recurrente actividad sísmica en la región de Napo se debe a la presencia de una falla activa que atraviesa esta zona de Ecuador. Esta falla, conocida como Chingual-Cosanga-Pallatanga-Puná, se extiende desde la isla Puná, en la costa sur, hasta el norte del país, donde se conecta con el segmento Chingual que ingresa a Colombia. Mónica Segovia, jefa del área de sismología del Instituto Geofísico, explicó que este sistema de fallas delimita el bloque norandino del resto de la placa sudamericana, convirtiéndose en una zona propensa a eventos sísmicos debido a los movimientos tectónicos que allí se generan.
La actividad sísmica en esta región no es un fenómeno nuevo. Históricamente, Napo ha sido escenario de temblores significativos, siendo el más recordado el que ocurrió el 31 de enero de 2025, que afectó a 44 cantones del país. La geología de la zona, caracterizada por su complejidad tectónica, hace que los sismos sean una constante en la vida de los habitantes de la región. La población, aunque está acostumbrada a estos eventos, sigue sintiendo el impacto emocional y físico que generan.
### Reacción de la Población y Medidas de Seguridad
La respuesta de la población ante estos sismos ha sido variada. Muchos ciudadanos han compartido sus experiencias en redes sociales, donde reportan la intensidad del temblor y sus reacciones. La Secretaría Nacional de Gestión de Riesgos ha instado a la población a mantener la calma y estar preparados ante posibles réplicas. Además, se han implementado campañas de concienciación sobre cómo actuar durante un sismo, enfatizando la importancia de tener un plan de emergencia familiar y un kit de suministros básicos.
Las autoridades locales también han comenzado a evaluar la infraestructura en las áreas más afectadas para garantizar que los edificios y viviendas sean seguros ante futuros temblores. La prevención es clave, y se están realizando inspecciones para identificar estructuras vulnerables que puedan colapsar en caso de un sismo más fuerte.
A pesar de la preocupación, la comunidad ha mostrado una notable resiliencia. Grupos de apoyo se han formado para ayudar a aquellos que se sienten ansiosos o traumatizados por la experiencia de los sismos. La solidaridad entre vecinos se ha fortalecido, y muchos han comenzado a compartir recursos y consejos sobre cómo lidiar con el estrés que estos eventos pueden causar.
La situación en Napo y sus alrededores es un recordatorio de la fragilidad de la vida en zonas sísmicamente activas. La preparación y la educación son fundamentales para mitigar los efectos de estos fenómenos naturales. Las autoridades continúan monitoreando la actividad sísmica y están en constante comunicación con la población para asegurar que estén informados y preparados ante cualquier eventualidad. La comunidad científica también sigue de cerca los patrones de actividad sísmica en la región, buscando entender mejor las dinámicas que provocan estos temblores y cómo se pueden anticipar en el futuro.