Un fuerte terremoto de magnitud 6,3 ha golpeado el norte de Afganistán en la madrugada del 3 de noviembre de 2025, causando una tragedia que ha dejado más de 20 muertos y alrededor de 530 heridos, según informes del Gobierno talibán. Este sismo se produce apenas tres meses después de otro devastador movimiento telúrico que resultó en la pérdida de cientos de vidas. La magnitud y el impacto de este nuevo terremoto han llevado a las autoridades a activar rápidamente los protocolos de emergencia y rescate en las áreas afectadas.
El epicentro del terremoto se localizó a 22 kilómetros de la ciudad de Khulm, en la provincia de Balkh, y a una profundidad de 28 kilómetros, de acuerdo con el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS). El temblor fue sentido con gran intensidad en Kabul y en varias provincias del norte, centro y noreste del país, lo que ha generado un estado de alerta entre la población y las autoridades.
### Respuesta de Emergencia y Situación Actual
Los equipos de rescate han sido desplegados en las zonas más afectadas para atender a los heridos y buscar posibles sobrevivientes entre los escombros. Sharafat Zaman, portavoz del Ministerio de Salud Pública del régimen talibán, ha comunicado que los heridos están siendo trasladados a hospitales, aunque la cifra de víctimas podría aumentar a medida que continúan las operaciones de búsqueda y rescate. La situación es crítica, ya que muchas áreas han quedado aisladas debido a la destrucción de infraestructuras y la falta de acceso a servicios básicos.
Además de las pérdidas humanas, el terremoto ha provocado cortes en las líneas de transmisión eléctrica que abastecen a varias provincias, incluyendo Kabul. Afganistán depende en gran medida de la electricidad importada de países vecinos como Uzbekistán y Tayikistán, lo que agrava aún más la crisis en un país que ya enfrenta múltiples desafíos. La falta de suministro eléctrico afecta no solo a los hospitales que atienden a los heridos, sino también a la población en general, que se encuentra en una situación de vulnerabilidad extrema.
### Vulnerabilidad Sísmica de Afganistán
Afganistán es conocido por ser una “trampa sísmica”, una región propensa a terremotos debido a su ubicación geográfica. El país se encuentra en una zona donde varias placas tectónicas se encuentran en constante movimiento, lo que aumenta la probabilidad de que ocurran sismos de gran magnitud. La combinación de factores geológicos y la falta de infraestructura adecuada para enfrentar desastres naturales contribuyen a la vulnerabilidad del país ante estos fenómenos.
La historia reciente de Afganistán está marcada por una serie de desastres naturales y conflictos que han debilitado su capacidad de respuesta ante emergencias. La guerra y la inestabilidad política han dejado al país con una infraestructura deficiente y una falta de recursos para gestionar crisis de esta magnitud. La comunidad internacional ha ofrecido asistencia en el pasado, pero la situación actual requiere una respuesta coordinada y efectiva para ayudar a los afectados por este nuevo desastre.
Los organismos de rescate y las organizaciones humanitarias están trabajando arduamente para brindar apoyo a las víctimas, pero el acceso a las áreas más remotas sigue siendo un desafío. La combinación de la geografía montañosa y la destrucción de carreteras ha dificultado la llegada de ayuda a quienes más la necesitan. Las condiciones climáticas también pueden complicar las operaciones de rescate, lo que aumenta la urgencia de la situación.
En medio de esta tragedia, la solidaridad de la comunidad internacional es crucial. La ayuda humanitaria, que incluye suministros médicos, alimentos y refugio, es esencial para mitigar el sufrimiento de los afectados. A medida que las cifras de víctimas continúan aumentando, la necesidad de una respuesta rápida y efectiva se vuelve más apremiante. La historia de Afganistán es un recordatorio de la fragilidad de la vida y la importancia de la preparación ante desastres naturales, así como de la necesidad de construir un futuro más resiliente para su población.
