La isla Puná, un territorio rural que representa el 41% de la extensión territorial de Guayaquil, ha sido objeto de atención reciente debido a la inauguración de una nueva Unidad Médica Municipal y una planta potabilizadora de agua. A pesar de estas inversiones, los habitantes de la isla continúan enfrentando desafíos significativos en el acceso a servicios básicos de calidad. Este artículo explora la situación actual de la isla, los avances en infraestructura y las preocupaciones de sus residentes.
**Inversiones en Salud y Agua Potable**
La reciente inauguración de una Unidad Médica Municipal, valorada en 3,5 millones de dólares, es un paso importante para mejorar la atención sanitaria en la isla Puná. Históricamente, los residentes han enfrentado limitaciones severas en el acceso a servicios de salud, lo que ha llevado a situaciones críticas. Un testimonio de una residente, Ericka Banchón, ilustra la gravedad de la situación: un joven que sufrió un accidente no recibió atención oportuna en el dispensario del Ministerio de Salud Pública, lo que resalta la necesidad urgente de mejorar la infraestructura sanitaria.
La nueva planta potabilizadora de agua, con un costo de 4 millones de dólares, beneficiará a más de 6,000 habitantes de siete comunidades en el sur de la isla. Sin embargo, la calidad del agua sigue siendo un tema de preocupación. Matilde Chávez, una vecina de la isla, expresó su desconfianza hacia el agua suministrada por la planta, señalando que no es apta para el consumo humano. A pesar de las afirmaciones del presidente de la junta parroquial sobre la potabilidad del agua, muchos residentes continúan comprando agua de pozo, lo que representa un gasto significativo para las familias.
**Desafíos en el Acceso a Servicios Básicos**
Aparte de los problemas relacionados con el agua y la salud, los residentes de la isla Puná también enfrentan desafíos en el acceso a la electricidad. Máximo Chalén, un habitante de Puerto Salinas, relató que su comunidad ha estado sin servicio eléctrico durante cuatro años, lo que ha llevado a las familias a depender de generadores que no son suficientes para cubrir sus necesidades. Esta situación refleja un abandono histórico de las islas menores del Golfo de Guayaquil, donde las condiciones de vida son precarias y los servicios básicos son escasos.
El alcalde de Guayaquil, Aquiles Alvarez, ha escuchado las preocupaciones de los ciudadanos y ha anunciado inversiones en alumbrado público y proyectos de infraestructura. Se están destinando 75,000 dólares para instalar luminarias LED y solares en varias comunidades de la isla. Además, se planea la construcción de un puente vehicular que conectará Puná Baja con Puná Alta, lo que facilitará el acceso para agricultores, pescadores y estudiantes. Este proyecto, que supera los 900,000 dólares en estudios técnicos, es crucial para mejorar la conectividad en la isla.
Sin embargo, a pesar de estos esfuerzos, las voces de los residentes siguen siendo un recordatorio de que aún queda mucho por hacer. La falta de un mercado municipal y un malecón en el sector Barrio Lindo limita las oportunidades de desarrollo turístico y económico en la parroquia. Los habitantes han expresado su deseo de ver mejoras en estas áreas, lo que podría contribuir a un futuro más próspero para la isla.
**La Importancia de la Participación Ciudadana**
La situación en la isla Puná pone de manifiesto la importancia de la participación ciudadana en la toma de decisiones sobre el desarrollo local. Los residentes han estado activos en la búsqueda de soluciones a sus problemas, asistiendo a sesiones del Concejo Municipal y presentando sus demandas directamente al alcalde. Esta interacción entre la comunidad y las autoridades es fundamental para garantizar que las inversiones y proyectos se alineen con las necesidades reales de los habitantes.
La inauguración de la nueva Unidad Médica y la planta de agua son pasos positivos, pero es esencial que las autoridades continúen escuchando las preocupaciones de los ciudadanos y trabajen en conjunto para abordar los desafíos persistentes. La calidad del agua, el acceso a servicios de salud y la electrificación son solo algunos de los temas que requieren atención urgente.
La isla Puná, con su rica biodiversidad y potencial productivo, merece un enfoque integral que no solo contemple inversiones en infraestructura, sino que también promueva el bienestar de sus habitantes. La colaboración entre el gobierno local y la comunidad será clave para construir un futuro más sostenible y equitativo para todos los que llaman hogar a esta isla.