La Bahía de Guayaquil, un emblemático centro comercial de la ciudad, se encuentra en una situación crítica marcada por la inseguridad y la extorsión. El 17 de junio de 2025, la gobernadora de Guayas, Zaida Rovira, realizó una breve visita a esta zona, donde se evidencian las tensiones que enfrentan los comerciantes. Este recorrido, que comenzó con un desayuno de media hora, se vio empañado por las denuncias de amenazas y la presencia de locales cerrados, reflejando un ambiente de miedo y desconfianza entre los habitantes y comerciantes de la región.
La gobernadora, acompañada por el ministro de Inclusión Económica y Social, Harold Burbano, intentó mostrar un rostro optimista ante la situación. Sin embargo, la realidad es que la comunidad ha estado lidiando con la presión de grupos delictivos, como lo evidencian los panfletos amenazantes que han circulado en la zona. Un comerciante anónimo compartió su temor, afirmando que muchos han optado por pagar «vacunas» para garantizar su seguridad, lo que pone de manifiesto la gravedad de la situación.
### Estrategias de Intervención y Respuesta del Gobierno
Durante su visita, la gobernadora defendió la estrategia del Gobierno, argumentando que la presencia de las autoridades es fundamental para recuperar la confianza de los ciudadanos. «La ciudadanía sí quiere los recorridos, la ciudadanía quiere que estemos acá. De ninguna manera hemos dicho que esto se resolverá de la noche a la mañana», afirmó Rovira. Esta declaración resalta la intención del Gobierno de abordar la problemática desde un enfoque integral, que no solo se limite a la seguridad policial, sino que también incluya acciones sociales que busquen mejorar la calidad de vida de los habitantes.
El ministro Burbano, por su parte, enfatizó la necesidad de implementar programas sociales que respondan a las necesidades estructurales de la comunidad. «Sabemos que para problemas estructurales se necesitan soluciones estructurales. Lo que hacemos es levantar necesidades y construir un plan de acción», indicó. Esta perspectiva sugiere que el Gobierno está buscando no solo mitigar los efectos inmediatos de la violencia, sino también abordar las causas subyacentes que alimentan la inseguridad en la región.
La presencia de 60 policías del eje preventivo en la zona, como lo mencionó el teniente coronel Jaime Lara, es un intento de reforzar la seguridad. Sin embargo, la efectividad de estas medidas es cuestionada por los mismos comerciantes, quienes sienten que la situación sigue siendo crítica. La detención reciente de cuatro personas, dos de ellas armadas, es un indicativo de que las autoridades están intentando responder a las alertas ciudadanas, pero la desconfianza persiste entre la población.
### La Realidad de los Comerciantes en la Bahía
La realidad de los comerciantes en la Bahía de Guayaquil es compleja. Muchos de ellos han visto cómo sus negocios se ven afectados no solo por la inseguridad, sino también por la falta de apoyo efectivo por parte de las autoridades. La aparición de panfletos amenazantes firmados por grupos como Los Lobos BMW ha generado un clima de terror que ha llevado a varios locales a cerrar sus puertas. La situación se agrava cuando los comerciantes sienten que no pueden hablar abiertamente por miedo a represalias.
La gobernadora, en su intento por mostrar un compromiso con la comunidad, se reunió con algunos comerciantes durante su recorrido. Sin embargo, la desconfianza es palpable. Un comerciante que prefirió permanecer en el anonimato expresó: «Nadie quiere decir nada por temor, es más, algunos ya han pagado vacuna». Este testimonio refleja la desesperación y la falta de opciones que enfrentan los comerciantes, quienes se ven atrapados entre la necesidad de trabajar y el miedo a las amenazas.
La intervención del Gobierno, aunque bien intencionada, enfrenta el desafío de ser percibida como efectiva por la comunidad. La gobernadora y su equipo deben demostrar que sus esfuerzos no son solo simbólicos, sino que se traducen en acciones concretas que mejoren la seguridad y la calidad de vida en la Bahía de Guayaquil. La recuperación de la confianza de los ciudadanos es un paso crucial para que los comerciantes puedan reabrir sus negocios y la vida cotidiana en la zona pueda volver a la normalidad.
La situación en la Bahía de Guayaquil es un reflejo de los desafíos más amplios que enfrenta el país en términos de seguridad y desarrollo social. La colaboración entre las autoridades y la comunidad es esencial para construir un futuro más seguro y próspero para todos.