La cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) y la Unión Europea (UE) se lleva a cabo en Colombia en un contexto marcado por la tensión y la incertidumbre. Este evento, que se desarrolla en Santa Marta, ha visto la participación de solo nueve de los 27 jefes de Estado de la UE y de los 33 miembros de la CELAC, lo que ha suscitado diversas reacciones y análisis sobre su relevancia y efectividad.
### Participación y Representación
La cumbre, que se extenderá hasta el 10 de noviembre de 2025, ha sido notable por la escasa asistencia de líderes. Entre los que han confirmado su presencia se encuentran figuras destacadas como el presidente del Consejo Europeo, Antonio Costa, el primer ministro español, Pedro Sánchez, y el presidente brasileño, Luiz Inácio ‘Lula’ da Silva. Sin embargo, la ausencia de otros líderes, como el presidente de Uruguay, Yamandú Orsi, quien inicialmente había confirmado su asistencia, ha generado cuestionamientos sobre la efectividad de este tipo de encuentros.
La Cancillería colombiana había anticipado que 12 jefes de Estado asistirían, pero la lista final ha dejado a muchos líderes representados por vicepresidentes o ministros, lo que podría restar peso a las discusiones que se llevan a cabo. La falta de una representación más robusta podría reflejar una falta de interés o de prioridades en las agendas de los países participantes, lo que plantea interrogantes sobre el futuro de la CELAC y su papel en la política internacional.
### Tensión Geopolítica en la Región
El contexto en el que se desarrolla esta cumbre no es menos importante. La relación entre América Latina y Estados Unidos ha estado marcada por tensiones crecientes, especialmente bajo la administración de Donald Trump. El presidente estadounidense ha intensificado sus críticas hacia varios líderes latinoamericanos, acusándolos de vínculos con el narcotráfico y de no colaborar en la lucha contra el crimen organizado. Esta situación ha llevado a que algunos países de la CELAC expresen su preocupación por la militarización de la región y la intervención de fuerzas estadounidenses en asuntos internos.
Durante la cumbre, Lula da Silva ha sido vocal en su oposición a la presencia militar estadounidense en América Latina, subrayando la necesidad de que la región se defienda de cualquier intento de intervención externa. La vicepresidenta de la Comisión Europea, Kaja Kallas, también ha abordado el tema, afirmando que el uso de la fuerza debe ser justificado y limitado a situaciones de defensa propia o bajo mandato de la ONU.
La ausencia de líderes clave, como Nicolás Maduro de Venezuela, quien ha sido objeto de críticas por parte de Trump, también ha sido un punto de discusión. Maduro ha instado a los países de la CELAC a rechazar la militarización y a proclamar la región como una Zona de Paz, lo que refleja la creciente preocupación por la soberanía y la autodeterminación en un contexto de creciente presión externa.
### Implicaciones para el Futuro de la CELAC
La CELAC fue creada con el objetivo de promover la integración y la cooperación entre los países de América Latina y el Caribe, pero su efectividad ha sido cuestionada en varias ocasiones. La baja asistencia a esta cumbre podría ser un indicativo de que los países miembros no ven a la CELAC como un foro relevante para abordar los desafíos contemporáneos. Además, la falta de un consenso claro sobre temas críticos, como la seguridad y la cooperación económica, podría debilitar aún más la cohesión del bloque.
La cumbre de Santa Marta se presenta como una oportunidad para que los líderes latinoamericanos y europeos discutan temas de interés mutuo, como el comercio, la seguridad y el desarrollo sostenible. Sin embargo, la efectividad de estas discusiones dependerá en gran medida de la voluntad de los líderes de comprometerse y colaborar en un entorno donde las tensiones geopolíticas son cada vez más evidentes.
En resumen, la cumbre CELAC-UE en Colombia se desarrolla en un contexto complicado, con una participación limitada y un trasfondo de tensiones geopolíticas que podrían influir en el futuro de la cooperación entre América Latina y Europa. La capacidad de la CELAC para adaptarse y responder a estos desafíos será crucial para su relevancia en el escenario internacional.
