La situación de la seguridad vial en Ecuador se ha convertido en un tema de creciente preocupación, especialmente en un contexto donde las estadísticas revelan un alarmante aumento en el número de muertes y accidentes de tránsito. En un reciente simposio de seguridad vial celebrado en Quito, se discutieron las estrategias necesarias para abordar esta crisis, mientras que, irónicamente, un accidente múltiple ocurría en la Ruta Viva, evidenciando la urgencia de la situación.
**Estadísticas Alarmantes sobre Accidentes de Tránsito**
Ecuador enfrenta una emergencia silenciosa en sus carreteras, con más de 4.000 muertes anuales a causa de siniestros viales. Según el informe «Vías seguras, usuarios seguros, vidas salvadas», elaborado por la Fundación Tandem, el 66% de los accidentes ocurren en vías urbanas, especialmente en intersecciones y zonas escolares. Las provincias más afectadas son Pichincha, Guayas y Santo Domingo, donde los peatones, ciclistas y adultos mayores son las principales víctimas.
La directora ejecutiva de Tandem, Daniela Chacón, destacó que los siniestros que involucran a estos grupos son 20 veces más letales que aquellos que solo involucran vehículos. En un esfuerzo por mejorar la seguridad, la Policía Nacional ha asumido la responsabilidad de 25 ejes viales adicionales, buscando reducir la criminalidad y, por ende, los accidentes. Sin embargo, el Teniente Coronel Hugo Jauregui reportó un descenso del 40% en accidentes en el último mes, lo que sugiere que las medidas están comenzando a tener efecto, aunque aún queda un largo camino por recorrer.
**Causas Principales de los Accidentes**
Las ciudades de Quito y Guayaquil se encuentran en la cima de la lista de siniestros, con cifras que son difíciles de ignorar. En 2024, Quito registró 3.889 accidentes, resultando en 323 muertes y 3.738 heridos. Guayaquil, por su parte, tuvo 4.658 accidentes, con 271 muertos y 4.993 lesionados. La alta densidad poblacional y la infraestructura vial de alta velocidad son factores que contribuyen a estas cifras.
El exceso de velocidad es la principal causa de accidentes en estas ciudades. En Guayaquil, se registraron 3.435 accidentes relacionados con velocidad, mientras que en Quito fueron 1.932. Otras ciudades como Santo Domingo, Cuenca, Ambato y Loja también presentan cifras preocupantes, con el exceso de velocidad y el consumo de alcohol como factores determinantes. En Quito, por ejemplo, se reportaron 512 accidentes relacionados con el consumo de alcohol, lo que pone de manifiesto la necesidad de una mayor regulación y control en las vías.
El informe de Tandem también revela que el 40% de las víctimas mortales mueren antes de llegar al hospital, lo que indica que la respuesta post-evento es deficiente. Esto es alarmante, ya que muchas de estas muertes podrían evitarse con una atención médica adecuada y oportuna. La situación es aún más crítica considerando que Ecuador tiene la peor tasa de mortalidad vial en Sudamérica, con 23,4 muertes por cada 100.000 habitantes, casi el doble del promedio regional.
**El Impacto en la Población**
Las víctimas más frecuentes de los accidentes de tránsito en Ecuador son jóvenes, peatones y motociclistas. El 33% de los fallecidos son motociclistas, y la franja etaria más afectada es la de 20 a 39 años. Además, el 21% de las muertes viales corresponde a arrollamientos y atropellamientos, siendo los adultos mayores los más vulnerables en estos incidentes.
La falta de una legislación que reconozca la movilidad como un derecho humano, como lo hizo México en 2020, es un factor que agrava la crisis de seguridad vial en Ecuador. La representante de la Coalición Movilidad Segura de México, Paola Lara, destacó que este reconocimiento ha permitido que el Estado tenga la obligación de garantizar una movilidad segura, inclusiva y sostenible. En Ecuador, la normativa actual aún tolera comportamientos de alto riesgo, como el exceso de velocidad, lo que contribuye a la creciente siniestralidad.
La crisis de seguridad vial en Ecuador es integral y requiere un enfoque multidimensional que involucre a todos los actores sociales, desde el gobierno hasta la ciudadanía. La implementación de políticas efectivas, la educación vial y la mejora de la infraestructura son pasos cruciales para revertir esta tendencia y salvar vidas en las carreteras del país.