La Revolución Ciudadana, uno de los movimientos políticos más influyentes en Ecuador, enfrenta una crisis interna que podría llevarlo a una autodestrucción. La situación se ha vuelto crítica, especialmente tras la reciente derrota electoral de Luisa González, quien ha sido una figura clave en la organización. Este artículo explora los factores que han contribuido a esta crisis, centrándose en la desconexión entre los líderes del movimiento y sus bases, así como la problemática relación con el régimen de Nicolás Maduro.
### La Desconexión entre Líderes y Bases
Uno de los puntos más críticos en la crisis de Revolución Ciudadana es la desconexión que existe entre los líderes del movimiento y sus alcaldes y prefectos. Marcela Aguiñaga, una de las voces más críticas dentro de la organización, ha señalado que los jerarcas del partido no han logrado articularse adecuadamente con las autoridades locales. Esto ha generado un sentimiento de abandono entre quienes realmente trabajan en el terreno, lo que ha llevado a una falta de confianza en el liderazgo del movimiento.
Aguiñaga ha expresado que el verticalismo que se ha instaurado en la organización es incompatible con la naturaleza horizontal que se promovía en sus inicios. La carta colectiva que se envió a Rafael Correa, aunque filtrada, intentaba hacerle notar esta desconexión. Sin embargo, la respuesta del liderazgo ha sido insuficiente, lo que ha dejado a muchos militantes sintiéndose ignorados y desvalorizados.
La situación se ha vuelto aún más complicada tras la reciente denuncia de fraude electoral por parte de Luisa González, que no fue consultada con los alcaldes y prefectos del movimiento. Esta falta de comunicación ha llevado a una mayor fractura dentro de la organización, ya que muchos de estos líderes locales ya habían reconocido la victoria de Daniel Noboa. La insistencia en la teoría del fraude ha creado un ambiente de desconfianza y ha dificultado la colaboración entre el Gobierno y los representantes locales de Revolución Ciudadana.
### La Relación con Venezuela y sus Consecuencias
Otro factor que ha exacerbado la crisis interna de Revolución Ciudadana es la relación con el régimen de Nicolás Maduro en Venezuela. A medida que el Gobierno de Daniel Noboa se distancia de Maduro, el liderazgo de Rafael Correa ha continuado defendiendo al presidente venezolano, lo que ha generado un descontento considerable entre los militantes del movimiento. La cercanía a un régimen considerado dictatorial por gran parte de la comunidad internacional ha afectado la imagen del movimiento y ha contribuido a su derrota en las elecciones.
La defensa de Maduro por parte de Correa, quien ha admitido que algunos de sus antiguos ministros asesoran al régimen venezolano, ha sido vista como un lastre para la organización. La necesidad de distanciarse de Maduro y reorientar la narrativa política hacia posturas más moderadas es urgente para la supervivencia del movimiento. Sin embargo, la resistencia de Correa a cambiar su postura ha llevado a una polarización dentro de la organización.
La figura de Correa, aunque sigue siendo influyente, se ha convertido en un problema para Revolución Ciudadana. El movimiento, que nació como un proyecto socialmente articulado, ha evolucionado hacia un partido tradicional con un liderazgo que parece incuestionable. Esto ha llevado a muchos militantes a cuestionar si el correísmo es realmente un movimiento de izquierda progresista o simplemente un reflejo del pensamiento de una sola persona.
La falta de ideología propia y la dependencia de la figura de Correa han llevado a una crisis de identidad dentro de Revolución Ciudadana. La pregunta que muchos se hacen es si el movimiento puede sobrevivir sin la figura de Correa o si está destinado a convertirse en un partido más, sin un ideario claro que lo distinga de otros grupos políticos en el país.
### Desafíos Futuros
A medida que Revolución Ciudadana se prepara para su convención nacional en noviembre, los desafíos son evidentes. La necesidad de resolver las disputas internas y de reconectar con las bases es crucial para su futuro. La crisis actual no solo afecta la imagen del movimiento, sino que también pone en riesgo su capacidad para competir en las próximas elecciones de alcaldes y prefectos en 2027.
La desconexión entre los líderes y las bases, junto con la problemática relación con el régimen de Maduro, son dos de los principales obstáculos que Revolución Ciudadana debe superar si quiere recuperar su relevancia en la política ecuatoriana. Sin un cambio significativo en su estructura y en su relación con los militantes, el futuro del movimiento se presenta incierto.