Nepal se encuentra en medio de una crisis social y política sin precedentes, marcada por intensas protestas que han dejado un saldo trágico de al menos 25 muertos, entre ellos la esposa de un ex primer ministro. Las manifestaciones, lideradas por la autodenominada ‘Generación Z’, han estallado en respuesta a la represión gubernamental y a la corrupción que ha plagado al país. El 9 de septiembre de 2025, cientos de manifestantes incendiaron el Parlamento nepalí, un acto que simboliza el descontento generalizado hacia un gobierno que ha perdido la confianza de su pueblo.
Las protestas comenzaron el lunes 8 de septiembre, cuando la policía utilizó munición real para dispersar a los manifestantes, lo que resultó en la muerte de al menos 19 personas. La situación se intensificó rápidamente, y el número de fallecidos aumentó a 25 tras el incendio de un edificio donde se encontraba la esposa de un ex primer ministro. Este acto de violencia ha llevado a varios ministros a renunciar en señal de protesta, reflejando la creciente inestabilidad política en el país.
El descontento popular se ha visto exacerbado por el reciente bloqueo de redes sociales como Facebook, YouTube y LinkedIn, lo que ha generado aún más indignación entre los jóvenes. Las plataformas digitales se han convertido en un espacio crucial para la organización de las protestas y la difusión de información sobre la corrupción y el nepotismo que han caracterizado al gobierno de KP Sharma Oli. Los manifestantes han utilizado el hashtag #nepobabies para visibilizar sus demandas y denunciar la corrupción que ha permeado las instituciones del país.
### La Respuesta del Gobierno y la Represión
La respuesta del gobierno nepalí ha sido contundente y violenta. La policía ha utilizado tácticas de represión severas para controlar a los manifestantes, lo que ha resultado en un aumento de la tensión y la violencia en las calles. La decisión de bloquear las redes sociales fue vista como un intento de silenciar a los críticos y limitar la difusión de información sobre las protestas. Sin embargo, esta medida solo ha servido para avivar las llamas del descontento, llevando a más personas a las calles en un acto de desafío.
Las manifestaciones han sido particularmente notables por la participación activa de los jóvenes, quienes han tomado la delantera en la lucha contra la corrupción y la falta de oportunidades. La ‘Generación Z’, compuesta por aquellos nacidos entre 1997 y 2012, ha utilizado su ingenio y creatividad para organizar protestas masivas, a menudo utilizando las redes sociales para coordinar sus acciones y compartir información en tiempo real.
A medida que las protestas se intensifican, el gobierno ha enfrentado una creciente presión tanto interna como externa. La comunidad internacional ha comenzado a prestar atención a la situación en Nepal, con organizaciones de derechos humanos como Amnistía Internacional condenando el uso de la fuerza letal por parte de la policía. La situación ha llevado a una crisis de legitimidad para el gobierno, que se encuentra cada vez más aislado y cuestionado por su manejo de la crisis.
### Consecuencias de la Inestabilidad Política
La inestabilidad política en Nepal no es un fenómeno nuevo, pero la actual crisis ha puesto de relieve las profundas divisiones y tensiones que existen en la sociedad. La corrupción y el nepotismo han sido problemas persistentes que han socavado la confianza del público en sus líderes. La falta de oportunidades económicas y el crecimiento lento han contribuido a un clima de frustración y desesperanza entre la población, especialmente entre los jóvenes.
La renuncia de cinco ministros en medio de las protestas es un indicativo de la gravedad de la situación. A medida que más figuras políticas se distancian del gobierno, la presión sobre KP Sharma Oli para que renuncie se intensifica. La crisis actual podría llevar a un cambio significativo en la política nepalí, aunque el camino hacia la estabilidad sigue siendo incierto.
La violencia y la represión han dejado una marca indeleble en la sociedad nepalí, y el futuro del país depende de la capacidad de sus líderes para abordar las preocupaciones legítimas de su pueblo. La lucha por la justicia y la transparencia continúa, y la ‘Generación Z’ está decidida a no ser silenciada. A medida que las protestas continúan, el mundo observa con atención cómo se desarrolla esta crisis en el corazón del Himalaya.