La Revolución Ciudadana, un movimiento político que ha marcado la historia reciente de Ecuador, se encuentra en una encrucijada crítica. Tras perder las elecciones presidenciales ante Daniel Noboa, el correísmo enfrenta una serie de desafíos que no solo afectan su bancada legislativa, sino también a sus autoridades locales en ciudades clave como Guayaquil, Quito y Azuay. Este artículo explora las dificultades que atraviesan estas figuras políticas y cómo sus acciones están moldeando el futuro del movimiento.
**Desafíos en Guayaquil: Aquiles Álvarez bajo la Lupa**
Aquiles Álvarez, el alcalde de Guayaquil, se encuentra en el centro de varias controversias que han erosionado su capital político. Uno de los casos más notorios es el juicio por la presunta comercialización ilegal de combustibles, conocido como el Caso Triple A. Esta denuncia, que surgió de la Agencia de Regulación y Control de Energía, ha puesto a Álvarez en una posición defensiva, enfrentándose a acusaciones que involucran a otras 15 personas y seis empresas. La situación se complica aún más con la suspensión de la construcción de un paso elevado en la Avenida del Bombero, un proyecto que había sido impulsado por su compañera de partido, la prefecta de Guayas, Marcela Aguiñaga. Esta decisión, tomada por el Ministerio de Ambiente, ha generado tensiones entre Álvarez y el gobierno central, liderado por Noboa.
Además, las recientes declaraciones de Daniel Salcedo, un individuo con antecedentes penales por corrupción, han añadido más leña al fuego. Salcedo afirmó haber conocido a Álvarez antes de su elección, lo que el alcalde ha calificado como ataques sistemáticos en su contra. Esta serie de eventos ha dejado a Álvarez en una posición vulnerable, donde su liderazgo y capacidad para gobernar están siendo cuestionados.
**Crisis de Agua en Quito: Pabel Muñoz en la Mira**
En la capital, Pabel Muñoz enfrenta una crisis de agua que ha afectado a más de 400,000 ciudadanos desde el 9 de julio. A diferencia de la colaboración que recibió del gobierno durante la crisis de incendios en 2024, esta vez las críticas han llovido sobre él, acusándolo de prestar un servicio deficiente y de vulnerar los derechos de los ciudadanos. La situación ha escalado al punto de que varias figuras del gobierno central han intervenido, llevando tanqueros de agua y ofreciendo ayuda a los afectados.
La presión sobre Muñoz ha aumentado, y su figura se ha visto seriamente cuestionada. La recolección de firmas para solicitar su revocatoria de mandato ha comenzado, y ya cuenta con 230,000 respaldos. Este escenario no solo pone en riesgo su posición como alcalde, sino que también refleja la creciente insatisfacción de la población con la gestión del correísmo en la capital.
**Controversias en Azuay: Juan Lloret y las Acusaciones de Proselitismo**
Aunque los problemas de Juan Lloret, el prefecto de Azuay, pueden parecer menores en comparación con los de sus colegas en Guayaquil y Quito, no son menos significativos. Lloret se enfrenta a una denuncia por proselitismo electoral, presentada por un exconsejero de Participación Ciudadana. Esta acusación se centra en su supuesta promoción de la candidatura presidencial de Luisa González en las elecciones de 2023, lo que podría tener repercusiones legales y políticas para su carrera.
Las denuncias de proselitismo han sido un tema recurrente para las autoridades locales del correísmo, y han contribuido a su disminuido protagonismo en las últimas elecciones. La situación de Lloret es un recordatorio de que, a pesar de ser menos mediática, la presión sobre los líderes locales también puede tener un impacto significativo en el movimiento.
**El Futuro del Correísmo en un Contexto de Crisis**
La Revolución Ciudadana se encuentra en un momento crítico, donde las tensiones internas y las presiones externas están desafiando su cohesión y capacidad de respuesta. Rafael Correa, la figura emblemática del movimiento, ha mantenido un discurso de victimización, acusando a traidores y oportunistas de socavar su legado. Sin embargo, la realidad es que los problemas estructurales dentro del correísmo están saliendo a la luz, y la falta de autocrítica podría ser su mayor obstáculo.
Mientras las autoridades locales luchan por mantener su relevancia y credibilidad, el futuro del correísmo pende de un hilo. La capacidad de sus líderes para enfrentar estos desafíos y adaptarse a un panorama político cambiante será crucial para determinar si el movimiento puede recuperar su influencia en Ecuador o si, por el contrario, se verá relegado a un papel secundario en la política nacional.