La reciente explosión de un coche bomba en Guayaquil ha encendido alarmas sobre la creciente inseguridad en la ciudad. Este atentado, que tuvo lugar el 14 de octubre en las cercanías del Mall del Sol, dejó un saldo trágico de una persona fallecida y al menos 26 heridos. La situación ha llevado a los concejales de la ciudad a cuestionar la efectividad del Gobierno en la lucha contra la violencia y el crimen organizado.
La sesión del Concejo Municipal, celebrada el 16 de octubre, estuvo marcada por un intenso debate sobre la falta de resultados en materia de seguridad. La vicealcaldesa Tatiana Coronel, quien presidió la reunión en ausencia del alcalde Aquiles Alvarez, centró su intervención en la necesidad de acelerar las investigaciones relacionadas con el atentado. Coronel destacó la importancia de esclarecer el hallazgo de un celular vinculado a los explosivos, que podría haber sido utilizado para detonar la bomba de manera remota. «Guayaquil no puede esperar. Queremos saber qué celulares se conectaron a través de las antenas telefónicas y quién activó las cargas. Necesitamos respuestas y agilidad», declaró.
La preocupación por la seguridad en Guayaquil no es nueva, pero el reciente atentado ha intensificado las críticas hacia el Gobierno. La concejala Nelly Pullas, del Partido Social Cristiano-Madera de Guerrero, subrayó el impacto negativo que la violencia tiene en el turismo y el comercio de la ciudad. «No podemos seguir viviendo en el miedo. El sector turístico y comercial no soporta más, y el país se está desangrando», afirmó Pullas. Esta declaración resuena con la creciente inquietud de los ciudadanos, quienes sienten que la situación se ha vuelto insostenible.
Por su parte, Alfredo Bautista, también concejal del PSC-MG, cuestionó la falta de resultados a pesar del incremento del IVA, que el Gobierno había prometido utilizar para mejorar la seguridad. «Nos dijeron que subir el IVA serviría para equipar a la Policía y a las Fuerzas Armadas. Sin embargo, tenemos más explosiones y más muertos. Ya basta de condolencias, necesitamos respuestas inmediatas», enfatizó Bautista. Este tipo de declaraciones refleja un sentimiento generalizado de frustración entre los concejales, quienes exigen acciones concretas y efectivas.
La situación se complica aún más cuando se considera que el atentado no es un caso aislado. La concejala Blanca López amplió el debate al ámbito nacional, condenando la represión policial durante las protestas en otras provincias y criticando al gobernador del Guayas por hacer acusaciones sin pruebas. «Es irresponsable que se lancen acusaciones sin investigaciones. Mientras se movilizan miles de policías para reprimir protestas, en Guayaquil tenemos coches bomba», comentó López, sugiriendo que el Gobierno debería priorizar la seguridad y el bienestar de los ciudadanos en lugar de reprimir a quienes exigen respuestas.
El concejal Marcos Toro también hizo un llamado a la colaboración entre el Gobierno y el Municipio, enfatizando que no es momento para revanchismos políticos. «No queremos otra Medellín de los años 80. Queremos paz, queremos resultados», afirmó. Esta declaración resalta la urgencia de una respuesta coordinada y efectiva ante la crisis de seguridad que enfrenta Guayaquil.
Los concejales coincidieron en que la ciudad atraviesa uno de sus momentos más críticos. La violencia y los atentados no pueden ser normalizados, y la falta de respuestas del Gobierno solo alimenta la desesperación de los ciudadanos. La presión sobre las autoridades para que actúen de manera efectiva es más fuerte que nunca, y los concejales están decididos a no dejar que la situación se convierta en un tema de rutina.
La explosión del coche bomba ha puesto de manifiesto la fragilidad de la seguridad en Guayaquil y la necesidad de un enfoque renovado para abordar la violencia. La ciudadanía exige respuestas y acciones concretas, y los concejales están dispuestos a ser la voz de sus preocupaciones en el Concejo Municipal. La situación en Guayaquil es un recordatorio de que la seguridad no es solo una cuestión de políticas, sino una necesidad fundamental para el bienestar de todos los ciudadanos. La presión sobre el Gobierno para que tome medidas efectivas y rápidas es más crucial que nunca, y los concejales están decididos a mantener el foco en este tema hasta que se logren resultados tangibles.