En un reciente incidente que ha captado la atención de la ciudadanía, dos vendedores de helados en Guayaquil fueron separados de su fuente de trabajo de manera abrupta por agentes municipales. Este evento, que tuvo lugar el 7 de agosto de 2025, fue grabado por un ciudadano y rápidamente se volvió viral en las redes sociales, generando una ola de críticas hacia la actuación de los funcionarios públicos. La Empresa Pública Municipal para la Gestión de Riesgos y Control de Seguridad, conocida como Segura EP, se vio obligada a emitir un comunicado en respuesta a la controversia, reconociendo que el trato hacia los vendedores fue inaceptable y que se tomarían medidas inmediatas contra los agentes involucrados.
La grabación del incidente muestra cómo los agentes intentaron retirar los carritos de helados de los vendedores, quienes, en un intento por defender su medio de vida, se opusieron a la acción. A pesar de sus esfuerzos, los funcionarios continuaron con el procedimiento, lo que llevó a uno de los comerciantes a seguir la camioneta que se llevó su carrito, solo para ver cómo se alejaba rápidamente. Este tipo de situaciones no son nuevas en la ciudad, donde la relación entre los vendedores ambulantes y las autoridades municipales ha sido históricamente tensa.
### Reacciones de la Comunidad y Autoridades
El video del incidente provocó una fuerte reacción en las redes sociales, donde muchos usuarios cuestionaron la ética y el profesionalismo de los agentes municipales. La indignación fue tal que Segura EP no solo se vio obligada a separar a los funcionarios implicados, sino que también se comprometió a fomentar una cultura de respeto y procedimientos responsables en el espacio público. En su comunicado, la entidad enfatizó que no se tolerarán acciones que vulneren la dignidad de los ciudadanos, lo que refleja un cambio en la política de manejo de conflictos en la ciudad.
El alcalde de Guayaquil, Aquiles Alvarez, también se pronunció sobre el incidente, expresando su descontento con el trato recibido por los vendedores de helados. Alvarez declaró: «Soy el que más odia este tipo de trato, para mí es imperdonable. Hay algunos en esta administración que tienen que terminar de entender que lo más importante es la gente». Estas palabras subrayan la necesidad de un enfoque más humano en la gestión de la venta ambulante, un tema que ha sido objeto de debate en varias ocasiones.
Este incidente no es aislado; en febrero de este año, un comerciante informal falleció tras ser detenido por agentes municipales, lo que generó una controversia significativa entre las autoridades y la comunidad. Las versiones sobre las circunstancias de su muerte difieren, lo que ha llevado a un clima de desconfianza entre los vendedores ambulantes y las autoridades locales. La situación actual pone de manifiesto la necesidad de un diálogo más constructivo entre ambas partes, así como la implementación de políticas que protejan los derechos de los trabajadores informales.
### La Realidad de los Vendedores Ambulantes
Los vendedores ambulantes, como los de helados Pingüino, son una parte integral de la economía informal en Guayaquil. Muchos de ellos dependen de sus ventas diarias para sustentar a sus familias, y la represión de su actividad puede tener consecuencias devastadoras. Sin embargo, las autoridades argumentan que la regulación del comercio ambulante es necesaria para mantener el orden y la seguridad en las calles.
La realidad es que muchos de estos comerciantes enfrentan una lucha constante por su derecho a trabajar. La falta de espacios designados para la venta y la escasez de permisos adecuados complican aún más su situación. En este contexto, es fundamental que las autoridades encuentren un equilibrio entre el orden público y el respeto por los derechos de los vendedores. Esto podría incluir la creación de zonas específicas para la venta ambulante, así como la implementación de programas de capacitación que ayuden a los comerciantes a formalizar sus negocios.
La viralización del video del incidente con los vendedores de helados ha puesto de relieve la necesidad de un cambio en la forma en que se manejan estos conflictos. La presión pública puede ser un motor de cambio, pero también es esencial que las autoridades actúen de manera proactiva para evitar que situaciones similares se repitan en el futuro. La construcción de un entorno más justo y equitativo para todos los ciudadanos es un objetivo que debe ser prioritario en la agenda del gobierno local. La comunidad espera que este incidente sirva como un punto de inflexión en la relación entre los vendedores ambulantes y las autoridades municipales, promoviendo un enfoque más humano y comprensivo hacia el comercio informal en Guayaquil.