El presidente de Ecuador, Daniel Noboa, ha realizado un significativo cambio en su equipo de seguridad personal al nombrar a Gustavo Iturralde Maya como el nuevo Jefe de la Casa Militar de la Presidencia. Este cambio se formalizó a través del decreto ejecutivo 205, firmado la noche del 8 de noviembre de 2025. La Casa Militar es la unidad encargada de garantizar la seguridad del presidente y su familia, así como de proporcionar apoyo logístico y protocolo militar durante sus desplazamientos y en el Palacio de Carondelet.
### Contexto del Cambio en la Casa Militar
El nombramiento de Iturralde Maya se produce tras la separación de Milton Rodríguez, quien había estado al frente de la Casa Militar desde agosto de 2024. Durante su gestión, Rodríguez enfrentó situaciones críticas que pusieron a prueba la seguridad del mandatario, incluyendo un atentado contra la caravana presidencial en la provincia del Cañar y un intento de envenenamiento durante el paro indígena de octubre de 2025. Estos eventos resaltan la creciente preocupación por la seguridad del presidente y la necesidad de un liderazgo sólido en la Casa Militar.
Gustavo Iturralde, quien también es general de Brigada del Ejército, asumirá un rol crucial en la protección del presidente. Su experiencia militar y su conocimiento del entorno de seguridad serán fundamentales para enfrentar los desafíos que se presenten en el futuro. La Casa Militar no solo se encarga de la seguridad física del presidente, sino que también juega un papel importante en la logística de sus actividades oficiales y en la coordinación de eventos protocolarios.
### Otros Decretos Relacionados con las Fuerzas Armadas
La misma noche en que se anunció el cambio en la Casa Militar, el presidente Noboa firmó otros decretos que afectan a altos mandos de las Fuerzas Armadas. El decreto ejecutivo 206 pone en situación de disponibilidad a Iván Vásconez y Amílcar Alvear, generales del Ejército, lo que implica su salida de la institución. Vásconez, quien fue comandante del Ejército hasta septiembre de 2025, fue reemplazado en medio de tensiones sociales y políticas que afectaron al país.
Además, el decreto 207 oficializa la salida del brigadier Celiano Cevallos Calderón, quien había sido comandante de la Fuerza Aérea Ecuatoriana hasta inicios de septiembre de 2025. Estos cambios en la cúpula militar reflejan un intento del presidente Noboa de reestructurar y fortalecer la seguridad nacional en un contexto de creciente inestabilidad.
La decisión de realizar estos cambios en la alta dirección de las Fuerzas Armadas puede interpretarse como una respuesta a las críticas sobre la gestión de la seguridad en el país. La administración de Noboa ha enfrentado desafíos significativos, incluyendo protestas masivas y un clima de inseguridad que ha afectado a diversas regiones del Ecuador. La reestructuración de la Casa Militar y de los altos mandos militares es un paso hacia la consolidación de un equipo que pueda abordar estos problemas de manera efectiva.
### Implicaciones para la Seguridad Nacional
La seguridad del presidente y, por ende, la estabilidad del gobierno son cuestiones que preocupan a la ciudadanía. La Casa Militar, bajo la dirección de Iturralde, deberá implementar estrategias que no solo garanticen la protección del presidente, sino que también fortalezcan la confianza pública en las instituciones de seguridad del país. La percepción de una administración efectiva y capaz de manejar crisis es crucial para la legitimidad del gobierno de Noboa.
Los cambios en la estructura de mando de las Fuerzas Armadas también pueden tener repercusiones en la política interna. La relación entre el gobierno y las fuerzas militares es un aspecto delicado que puede influir en la gobernabilidad y en la respuesta a futuras crisis. La capacidad del nuevo Jefe de la Casa Militar para coordinar con otros sectores de la seguridad nacional será vital para enfrentar los retos que se avecinan.
En resumen, el nombramiento de Gustavo Iturralde Maya como nuevo Jefe de la Casa Militar y los cambios en la cúpula de las Fuerzas Armadas son movimientos estratégicos que buscan reforzar la seguridad del presidente y del país en un contexto de creciente tensión social y política. La administración de Daniel Noboa se enfrenta a un desafío importante: garantizar la seguridad y la estabilidad en un entorno complejo y cambiante.
