El subsidio a los combustibles en Ecuador está experimentando cambios significativos para el año 2026, según la Proforma del Presupuesto General del Estado presentada recientemente. Este ajuste en la política de subsidios refleja no solo una estrategia económica del gobierno, sino también un intento de adaptarse a las realidades del mercado y las necesidades de la población. En este artículo, exploraremos los detalles de estos cambios y su impacto potencial en la economía y la sociedad ecuatoriana.
**Evolución del Subsidio a los Combustibles**
El gobierno ecuatoriano ha proyectado un gasto total en subsidios de USD 6.928 millones para el año 2026, lo que representa aproximadamente el 15% del presupuesto total de USD 46.255,6 millones. Esta cifra es notablemente inferior a la asignación de 2025, que se estimó en USD 7.915 millones, lo que implica una reducción de USD 987 millones o un 12,5%. Esta disminución se debe principalmente a la caída drástica en el subsidio al diésel, que pasará de USD 1.200 millones en 2025 a menos de USD 200 millones en 2026.
El subsidio al gas doméstico, por otro lado, se convertirá en el principal componente del gasto en subsidios, alcanzando un monto significativo. Este cambio se debe a la eliminación del subsidio al diésel para el sector automotriz, que se implementó en septiembre de 2025, lo que provocó un aumento en el precio del combustible de USD 1,80 a USD 2,80 por galón. Esta medida ha sido controversial, ya que afecta directamente a los transportistas y a la población en general, que depende del transporte público y privado.
**Impacto en el Gasto por Tipo de Combustible**
La estructura del gasto en subsidios a combustibles está cambiando. Históricamente, el diésel representaba entre el 40% y el 50% de los subsidios a los derivados de petróleo. Sin embargo, con la eliminación del subsidio para el sector automotriz, su participación se reducirá al 17%, lo que equivale a un gasto de USD 191 millones. En contraste, el subsidio para las gasolinas ha estado disminuyendo desde 2024, y se prevé que en 2025 se sitúe en USD 41 millones, lo que representa una disminución del 76% en comparación con 2024.
El Gas Licuado de Petróleo (GLP) de uso doméstico será el combustible con mayor gasto en subsidios, con un monto proyectado de USD 722 millones, aunque también se espera que sea menor que el gasto de USD 870 millones de este año. Esta tendencia refleja un cambio en la política del gobierno hacia un enfoque más centrado en la protección social, manteniendo el precio del cilindro de gas doméstico en USD 1,65.
Por sectores, el 59% del subsidio a los combustibles se destinará al uso doméstico, gracias al GLP, mientras que un 34% se destinará al sector eléctrico, que incluye el uso de derivados para la generación eléctrica térmica y la transición hacia vehículos eléctricos. Este enfoque sugiere un intento del gobierno por diversificar y optimizar el uso de los recursos destinados a subsidios, priorizando aquellos que benefician a la mayoría de la población.
**Perspectivas Futuras y Consideraciones**
El ajuste en los subsidios a los combustibles no solo tiene implicaciones económicas, sino que también puede influir en la política social y en la percepción pública del gobierno. La reducción de subsidios puede ser vista como una medida necesaria para equilibrar las finanzas del estado, pero también puede generar descontento entre los sectores más vulnerables que dependen de estos apoyos. La implementación de un sistema de bandas para el precio de las gasolinas y la nueva fórmula para calcular el precio de los combustibles son pasos hacia una mayor transparencia y ajuste a las realidades del mercado internacional.
Sin embargo, la efectividad de estas medidas dependerá de la capacidad del gobierno para comunicar y gestionar estos cambios de manera efectiva. La población debe ser informada sobre las razones detrás de estas decisiones y cómo se espera que impacten en su vida diaria. Además, es crucial que el gobierno considere mecanismos de compensación para aquellos que se verán más afectados por el aumento de precios, especialmente en un año electoral donde la percepción pública puede influir en los resultados.
En resumen, el panorama de los subsidios a los combustibles en Ecuador está cambiando drásticamente, y las decisiones tomadas en el presupuesto de 2026 reflejan un intento de adaptación a las condiciones económicas actuales. La forma en que se implementen y gestionen estos cambios será fundamental para asegurar la estabilidad económica y social del país en el futuro.
