En los primeros cinco meses de 2025, Guayaquil ha registrado un alarmante aumento del 46% en los accidentes de tránsito, lo que se traduce en 114 muertes en comparación con las 78 del mismo periodo en 2024. Este incremento ha generado preocupación entre las autoridades y la ciudadanía, quienes buscan entender las causas y encontrar soluciones efectivas para mitigar esta crisis. La Agencia de Tránsito y Movilidad (ATM) ha señalado que la suspensión de los fotorradares ha contribuido a este repunte, lo que ha llevado a expertos a pedir una regulación más estricta de la velocidad en varias vías de la ciudad.
La situación es crítica, especialmente en un contexto donde la seguridad vial se ha convertido en un tema de debate constante. Las estadísticas revelan que la mayoría de los accidentes ocurren en horas pico, cuando el tráfico es más denso y las distracciones son más comunes. La falta de controles adecuados y la ausencia de medidas preventivas han dejado a los conductores en una situación vulnerable, donde las decisiones imprudentes pueden tener consecuencias fatales.
### La Realidad de los Siniestros Viales
Los siniestros viales no solo afectan a los involucrados directamente, sino que también impactan a las familias y comunidades enteras. Cada muerte en la carretera representa una tragedia que deja huellas imborrables en quienes quedan atrás. En Guayaquil, la creciente cifra de fallecidos ha llevado a un llamado urgente a la acción por parte de las autoridades locales y nacionales. La ATM ha propuesto la reactivación de los fotorradares y la implementación de campañas de concienciación sobre la seguridad vial, pero la efectividad de estas medidas aún está por verse.
Además, los expertos en movilidad han sugerido que es fundamental revisar la infraestructura vial de la ciudad. Muchas de las vías más transitadas carecen de señalización adecuada y de espacios seguros para los peatones, lo que aumenta el riesgo de accidentes. La falta de pasos peatonales y la escasa iluminación en algunas áreas son factores que contribuyen a la inseguridad en las calles.
Por otro lado, la educación vial es un aspecto que no se puede pasar por alto. La formación de conductores y la promoción de una cultura de respeto hacia las normas de tránsito son esenciales para reducir la siniestralidad. Las campañas educativas deben dirigirse no solo a los conductores, sino también a los peatones y ciclistas, quienes también son vulnerables en las vías.
### La Respuesta de las Autoridades y la Comunidad
Ante el aumento de accidentes, las autoridades de Guayaquil han comenzado a implementar medidas para abordar la situación. La reactivación de los fotorradares es una de las propuestas más discutidas, aunque su efectividad ha sido cuestionada por algunos sectores. La ATM ha argumentado que estos dispositivos son cruciales para controlar la velocidad y disuadir a los conductores de cometer infracciones. Sin embargo, la falta de mantenimiento y la desconfianza de la ciudadanía hacia su uso han generado resistencia.
Además, la comunidad ha comenzado a organizarse para exigir cambios. Grupos de ciudadanos han realizado protestas y han solicitado reuniones con las autoridades para discutir la necesidad de mejorar la seguridad vial. La presión social ha llevado a que algunos funcionarios reconozcan la urgencia de abordar este problema de manera integral.
La colaboración entre el gobierno local, la policía y la comunidad es esencial para crear un entorno más seguro en las vías de Guayaquil. Las iniciativas que promueven la participación ciudadana en la vigilancia del tráfico y la denuncia de infracciones pueden ser efectivas para fomentar un cambio cultural en la conducción.
En resumen, el aumento de accidentes viales en Guayaquil es un problema que requiere atención inmediata. La combinación de medidas tecnológicas, educación vial y participación comunitaria puede ser la clave para revertir esta tendencia alarmante. La seguridad en las vías no solo es responsabilidad de las autoridades, sino de cada uno de los ciudadanos que transitan por ellas. La vida de las personas está en juego, y es fundamental que todos asuman su parte en la solución de esta crisis.