El alcalde de Guayaquil, Aquiles Alvarez, ha estado en el centro de la atención pública recientemente, no solo por su situación judicial en el caso Triple A, sino también por sus declaraciones sobre la necesidad de una Asamblea Constituyente en Ecuador. Durante un enlace radial el 1 de octubre de 2025, Alvarez abordó varios temas críticos que afectan a la ciudad y al país, destacando la importancia de la gestión y el liderazgo en tiempos de crisis.
### La Necesidad de Cambios Estructurales
Alvarez ha manifestado que Ecuador enfrenta la necesidad de cambios estructurales, pero enfatiza que este no es el momento adecuado para convocar una Asamblea Constituyente. «La Constituyente debe darse, pero hoy no es el momento. Necesitamos ejecución, gestión y liderazgo», afirmó. Esta declaración resuena en un contexto donde el país atraviesa desafíos significativos, y el alcalde sugiere que la atención debe centrarse en la implementación de políticas efectivas en lugar de en reformas constitucionales.
El alcalde defendió la Constitución de 2008, creada bajo el mandato del expresidente Rafael Correa, como una base institucional sólida, aunque reconoció que es perfectible. «Por supuesto que se puede perfeccionar, todo es perfectible. Hoy tienes (el Ejecutivo) una Asamblea con mayoría, se pueden hacer reformas sin problemas», agregó. Esta postura refleja un enfoque pragmático hacia la política, donde se prioriza la acción sobre la retórica.
Sin embargo, la propuesta de una Asamblea Constituyente no es un tema menor. Se estima que el proceso podría costar más de 200 millones de dólares, lo que plantea interrogantes sobre la viabilidad de tal iniciativa en un momento en que el país enfrenta problemas económicos y sociales. La preocupación por el gasto público y la necesidad de priorizar recursos son temas que Alvarez parece tener en cuenta al expresar su opinión.
### La Situación Judicial y el Paro Nacional
En cuanto a su situación judicial, Alvarez se ha defendido de las acusaciones en su contra, calificando el pedido de prisión preventiva como un intento de persecución política. «Todo en este Gobierno es novela», declaró, sugiriendo que su caso es parte de un patrón más amplio de hostigamiento hacia su administración. Esta afirmación resuena con muchos de sus seguidores, quienes ven en su figura un símbolo de resistencia ante lo que consideran injusticias políticas.
El alcalde también se refirió al paro nacional convocado por la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie), evitando pronunciarse abiertamente sobre su apoyo o rechazo. «Yo no voy a decir si apoyo el paro o no. Lo único que digo es que me duele lo que está viviendo Ecuador. Tienen que sentarse a negociar, a hablar. Sin diálogo es jodido», expresó. Esta declaración refleja una postura de mediación, sugiriendo que el diálogo es esencial para resolver los conflictos que enfrenta el país.
Además, Alvarez abordó el tema de los subsidios al transporte, reafirmando que Guayaquil no incrementará el valor del pasaje urbano, a pesar de los cambios propuestos por el Gobierno central. «Guayaquil es autónomo, y vuelvo a decir, increíblemente independiente. Pase lo que pase, aquí no vamos a subir el pasaje», afirmó con firmeza. Esta declaración subraya su compromiso con la autonomía de la ciudad y su disposición a desafiar decisiones que considera perjudiciales para los ciudadanos.
### Reflexiones sobre el Futuro
Las declaraciones de Aquiles Alvarez no solo reflejan su visión sobre la política local y nacional, sino que también invitan a una reflexión más profunda sobre el futuro de Ecuador. En un momento en que el país enfrenta múltiples crisis, desde la económica hasta la social, la necesidad de liderazgo efectivo y la implementación de políticas que realmente beneficien a la población son más urgentes que nunca.
La postura de Alvarez sobre la Asamblea Constituyente y su llamado a la gestión y el liderazgo son indicativos de un deseo de estabilidad en medio de la incertidumbre. A medida que el país navega por estos tiempos difíciles, las palabras del alcalde de Guayaquil resuenan como un recordatorio de que el cambio es posible, pero debe ser abordado con cautela y responsabilidad. La política ecuatoriana, marcada por la polarización y la crisis, requiere líderes que no solo hablen de cambios, sino que también estén dispuestos a trabajar en la implementación de soluciones efectivas para el bienestar de todos los ciudadanos.